El sistema, que beneficiaría a 15 familias del municipio de Chimichagua, no ha sido terminado a pesar de las promesas que han hecho los políticos en la región. Esperan que las 38 hectáreas que hacen parte de la red tengan acceso al agua antes de que concluya el año.   La historia del pequeño distrito de riego de Chimichagua parece de ciencia ficción o escrita por alguno de los grandes libretistas de cine. Hace 25 años les prometieron a 15 familias dedicadas a la siembra de plátano, yuca, frutales, fríjol, ganadería y cultivos de pancoger que sus plantaciones y animales tendrían la posibilidad de acceder al agua. (Lea: $5.400 millones para riego en Cesar son bien recibidos por ganaderos)   Sin embargo, la obra quedó inconclusa y los productores de esa zona del Cesar aún no han tenido la posibilidad de acceder al líquido vital de forma constante, ya que dependen de las lluvias y el recurso que almacenen para sembrar sus alimentos. La situación en verano es crítica porque se quedan sin cómo trabajar ante la escasez de agua.   Samuel de Jesús Dangond, es el encargado del distrito conocido como Asovillalucy y no ocultó su vergüenza al reconocer que no han concluido con las obras que permitan el riego desde hace 25 años. Por esta razón, la Gobernación del Cesar y la Agencia de Desarrollo Rural destinarán recursos que permitan poner en funcionamiento la estructura.   Dangond aseveró que la politiquería del pasado ha sido la gran culpable de que Asovillalucy siga siendo una promesa para las 15 familias que están a su alrededor y confía en que el próximo 30 de diciembre el riego entre a operar. (Lea: Ganaderos de Agustín Codazzi tendrán agua los 365 días del año)   “El secretario de Agricultura del Cesar y el director de la Agencia de Desarrollo Rural ya hicieron una visita a la zona y se comprometieron a que antes de fin de año, si Dios y la Virgen lo permiten, vamos a tener nuestro distrito funcionando. Dicen que ya tienen los recursos listos, por lo que anhelamos que así sea”, dijo esperanzado el encargado de Asovillalucy.   En tanto, Armando de Jesús Monroy, presidente de la Asociación Asocerro Azul, usuarios del distrito Cerro Azul ubicado en Becerril, indicó que aunque las instalaciones han venido funcionando con total normalidad, en los últimos días han venido adelantando unas obras preventivas y de modernización a las tuberías.   “Ese es un distrito que funciona por gravedad, pero en cierta parte hay que usar tubos porque es necesario atravesar unos cerros para que así llegue agua a la comunidad que se dedica a la ganadería y los cultivos de pancoger”, apuntó. (Lea: Distritos de riego en Colombia: necesidad latente sin solución a la vista)   Por su parte, Hernán Araujo Castro, gerente del Fondo Ganadero del Cesar, aseveró que entre las políticas del actual mandatario del departamento, Franco Ovalle, y su secretario de Agricultura, Carlos Campo Cuello, está el desarrollo del riego para producir de forma adecuada sin depender en demasía del clima.   El dirigente reveló que en la región hay una serie de pre proyectos de grandes distritos, y hay otras infraestructuras de menor tamaño que en el pasado funcionaron y que actualmente no se vienen utilizando por algunas fallas, falta de capacitación, de asociatividad; adicionalmente, tampoco se ha trabajado en la comercialización.   “Lo que se está haciendo ahora es revisar las fallas que tienen los mini distritos, desarrollar más estructuras de esa naturaleza y empezar a trabajar en ese sentido. A eso se le viene apostando”, destacó Araujo Castro. (Lea: Pequeños distritos de riego de Casanare siguen sin funcionar)   $290 millones vale poner a operar el distrito de riego de Villa Lucy, recursos que en la zona anhelan que este año sí lleguen y puedan finalmente lograr tener acceso al agua a través de ese sistema.