El departamento más afectado por el fenómeno de El Niño en 2015 sigue sin poder recuperarse. Los ganaderos anhelan con ansias la llegada de la temporada de lluvias en septiembre.   Grave, fatal, crítica, desesperante. Estos son los adjetivos que utilizan los ganaderos del Magdalena cuando se les pregunta por la situación que han vivido por cuenta del verano. Las lluvias que cayeron en los últimos meses no fueron suficientes para recuperar los pastos.   “En mayo cayeron 42 mm y entre junio y julio cayeron 68 mm. En años anteriores, para esta época caían cerca de 300 a 400 mm”, aseguró Jesús David Numa Saad, gerente del Comité de Ganaderos de El Banco. (Lea: Lluvias irregulares en el Caribe terminan afectando al sector)   A pesar de que algunos reservorios se llenaron, las escasas precipitaciones terminaron afectando a los ganaderos del sur del departamento, sobre todo por la aparición de una plaga de blissus que se comió el poco pasto que empezó a brotar.   Las esperanzas de los ganaderos que estaban esperando un poco de agua para ver retoños de pastos se echaron al traste debido a la aparición del insecto que devoró los forrajes. (Lea: Ganaderos de Magdalena buscan soluciones para enfrentar el verano)   Ante esta situación, los ganaderos recibieron una ayuda del Ministerio de Agricultura. A través de Unión Colombiana de Criadores de Cebú Lechero, Ucebul, les llegaron 140 toneladas de silo de maíz para apoyar a los pequeños y medianos productores con menos de 100 cabezas.   “Eso no alivia en nada las cosas porque una tonelada de silo para un productor que tiene 80 animales se le acaba en cuestión de 2 días”, sostuvo Numa Saad.   Los propietarios de ganado ubicados en tierras bajas no han tenido inconvenientes con el suministro de agua debido a que se encuentran cerca del río Magdalena, mientras que los que están en tierras altas ya no cuentan con el preciado líquido. (Lea: Así vive un ganadero la falta de agua en Magdalena)   En los municipios del norte, el estado de los predios es igual de precario. Alirio Otero, ganadero de Fundación y miembro de la junta directiva de la Asociación de Ganaderos de la Costa Norte, coincidió con el dirigente de El Banco en que las lluvias no ayudaron a la recuperación de los potreros.   “En abril y mayo llovió en intervalos de aguaceros cada 15 o 20 días, lo que hizo que los pastos no crecieran de forma adecuada. La última vez que nos llovió fue hace como un mes”, declaró.   Escuche las declaraciones de Otero

El productor lamentó que todo el trabajo de preparación de la tierra y fumigación para el brote de nuevos pastos se perdió. Luego de muchos meses de un intenso verano, los ganaderos tampoco tienen comida de reserva para su ganado.   Otero tuvo que vender 600 animales como medida para recuperar sus potreros. Para él, el problema del agua no fue tan intenso en su predio como sí las pérdidas de forraje por cuenta de las plagas. (Lea: Plaga de pulgón afecta los pastos en Bolívar y Cesar)   “Estamos tratando de sortear la situación, esperando que lo que resta de agosto, septiembre y octubre llueva, porque el veranillo de San Juan ya debió haber terminado hace una semana”, dijo.