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sacrificio formal de ganado

Foto: vanguardia.com

Para el economista Óscar Cubillos, el sacrificio no repuntará en el corto o mediano plazo, recuperando los niveles de hace 10 años, cuando se registraban 4 millones de cabezas bovinas anuales.

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Sacrificio legal: ¿se estabilizará en un nivel bajo? ¿volverá a crecer?

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

El sacrificio de ganado creció hasta 2012, cuando superó los 4,1 millones de cabezas, y desde entonces ha venido bajando cada año. Una década después, apenas alcanzó 3,1 millones. ¿Seguirá bajando o se quedará en esta cifra?

En 2022 el sacrificio formal de bovinos fue de 3 107 462 cabezas, la cifra más baja de los registros del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) que arrancan en octubre de 2008. Desde 2009 a 2012 este rubro aumentó cada año hasta llegar a las 4,1 millones de cabezas, y en 2013 volvió a franquear ese límite pero en adelante ya no superó este número.

En cambio, cada año que pasa va en declive, siendo la más pronunciada en 2016 y 2017, coincidiendo con la entrada en vigor del Decreto 1500 de 2007, que creó el Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control de la Carne y Productos Cárnicos Comestibles destinados al consumo humano y fijó los requisitos sanitarios y de inocuidad para la producción, beneficio, transporte, comercialización y expendio.

Desde entonces, el Invima ha decretado el cierre de mataderos que no cumplen con estos requisitos, mataderos que antes hacían el reporte oficial de bovinos que sacrificaban en sus instalaciones. Como consecuencia se ha reducido el número de animales reportados oficialmente en la Encuesta de Sacrificio de Ganado del DANE.

Por ello, cada año el número de ejemplares disminuye: en 2019 fueron 3,4 millones de cabezas, en 2020, 3,25 millones, y en 2021 3,3 millones. Mientras tanto, en los primeros 2 meses de 2023, este registro varió 1 % frente al mismo periodo de 2022. Para Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, esto es una señal de que podría quedar en este número.

«El sacrificio parece haber encontrado un escenario normalizado en medio de escenarios atípicos. En 2020 tuvimos la pandemia, en 2021 seguíamos con la pandemia y además el paro. En mayo de 2021 este registro se desplomó peor incluso que en mayo de 2020. Y en 2022 hemos tenido unos niveles de inflación muy fuertes así como un clima difícil», expresó.

Y agregó: «Yo creo que estamos encontrando un año normal, en 2023 estamos encontrando que el clima empieza a normalizarse pero con la incertidumbre de que en el segundo semestre haya fenómeno de El Niño, entonces lo que hablamos hoy habrá que reevaluarlo en ese momento». (Lea: Sacrificio de bovinos apenas creció en enero pero sigue bajo frente a otros años)

El alza del precio de la carne y la caída de los ingresos de los colombianos

No obstante, en tanto que llega el fenómeno de El Niño, las condiciones de tiempo atmosférico han permitido encontrar el balance en materia de producción de animales para sacrificio. En el primer bimestre de 2023 fueron 503 664, un 0,9 % más que los 499 155 del mismo periodo de 2022, aunque en notable declive frente al 2020 (-10,8 %) y 2021 (-9,6 %). Estos datos preliminares permitirían predecir que este año podría tener un comportamiento a similar a 2022.

En este sentido, ¿es posible que el sacrificio repunte en algún momento y recupere los niveles de hace 10 años cuando se registraban 4 millones de cabezas anuales? Para Cubillos, no será así en el corto o mediano plazo. A esto se deben varios factores, comenzando por la inflación, pues es un hecho innegable que la carne de res fue uno de los alimentos que más subió de precio, un fenómeno que, cabe recordar, no ha sido local sino global.

El experto señaló que habrá una corrección de precios en uno o 2 años y el valor de la carne no tendrá las escaladas fuertes que experimentó el año pasado. De hecho, el más reciente «Boletín de abastecimiento de productos agropecuarios y seguridad alimentaria» de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) en marzo indicó que cayeron los precios de cortes como murillo, lomo de brazo y fino.

Cubillos también precisó que no se debe hacer el análisis únicamente del precio de la proteína, sino también de los ingresos de los colombianos: «El ingreso per cápita de un colombiano viene en deterioro desde el 2013, que fue desde cuando comenzó a caer el sacrificio. Este deterioro ha hecho que en buena medida el colombiano promedio deje de comer carne». En 2013, el ingreso per cápita llegó a un máximo de 8264 dólares, pero en 2021 bajó a USD 6100.

Y añadió: «Puede que los precios dejen de subir tanto lo que haría que el consumo crezca un poco, pero lo que más ayudaría es que el ingreso per cápita mejore. Y para ello se necesitan unas condiciones económicas como mayor generación de empleo, mayor inversión extranjera, mejores salarios, mejor clima de negocios, y eso no se ha visto en estos últimos años».

Los efectos «colaterales perversos» del Decreto 1500

Por otra parte, el economista se refirió a los «efectos colaterales perversos» del Decreto 1500, pues cuando la aplicación de esta norma ha ocasionado que aumente el sacrificio clandestino. (Lea: De 443 establecimientos certificados en 1500, 182 son plantas de sacrificio bovino)

«¿Cuál era la idea de este decreto? Que los que no cumplieran (con los requisitos) se cerraban y los que sí cumplieran, absorbieran ese sacrificio. Pero estos no pudieron hacerlo por diversos factores (ubicación geográfica, capacidad instalada), entonces esa oferta terminó cogiéndola la clandestinidad. Sí es necesario que se fortalezca la oferta regional de carne desde una planta y para ello se requiere el fortalecimiento de las plantas de autoconsumo, más que los mataderos municipales», aseguró.

Cubillos se refirió a la propuesta del presidente Petro de revivir los mataderos municipales. En febrero, el Gobierno publicó un borrador del decreto para modificar el Decreto 1500, a raíz de las declaraciones del presidente Gustavo Petro para reabrir los mataderos municipales ante el aumento del precio de la carne. (Lea: Revivir mataderos municipales, propone Petro)

En concordancia, la norma define como plantas de beneficio animal de categoría condición especial las autorizadas por el Invima, ubicadas en los municipios de 5ª y 6ª categorías, donde no existan plantas de categoría nacional ni de autoconsumo, para abastecer de carnes al respectivo municipio en el cual se encuentra ubicada, considerando para ello las particularidades de los territorios, siempre y cuando se garantice la inocuidad del producto.

El experto consideró que esta modificación no es acertada y que en cambio se deberían fortalecer las plantas de autoconsumo «con un espacio más amplio de operación, en lugar de crear una categoría más pequeña que no genera las economías de escala suficientes, pero que sí da a los alcaldes municipales un bastión para hacer negocios».