En algunos municipios de este departamento los ganaderos se están viendo afectados por la cantidad de agua que está entrando a sus fincas, dejando pérdidas.

Los afluentes hídricos de algunas regiones de Colombia han empezado a desbordarse, generando estragos en las ganaderías e incrementando las pérdidas y costos de producción para los productores pecuarios, quienes no se han adaptado a los efectos del cambio climático. (Lea: Clima tiene en alerta a varias regiones del país)

En el departamento del Meta, los ganaderos de algunos municipios están viendo como quebradas y caños ya están comenzando a mojar un poco más de lo habitual sus tierras, provocando que tengan que tomar medidas ante esta situación que aún no está en su nivel máximo de gravedad.

Luis Eduardo Arias, gerente del Comité de Ganaderos del Meta, indica que la zona del Pie de Monte del departamento ya se está viendo los efectos por el desbordamiento de caños y ríos importantes.

“Esto está perjudicando tanto al sector agropecuario como a la población en general porque esta situación se puede entender como agua metida en todas partes donde los ganados se encargan de pastar, donde hay agricultura y hasta donde viven las personas, lo que ha incrementado en algunos de nuestros municipios”, afirma Arias. (Lea: Comité de Ganaderos del Huila invita a estar alerta por ola invernal)

El sector ganadero tiene una afectación mayor con la ola invernal por efecto que el agua produce en las pasturas, pues junto con el pisoteo del ganado, se disminuye la cantidad de forraje que se tiene y en muchas ocasiones el forraje no es el adecuado para la alimentación de los animales.

“Por eso creo que hay dos efectos, uno la emergencia de las corrientes de agua que hace que los semovientes bovinos tengan que trasladarse, y dos, por el efecto del invierno sobre las praderas que hacen que la disposición de forraje disminuya de manera significativa.”, asegura Arias.

En el departamento del Meta, la mayor parte de las veces los ganaderos buscan medidas transitorias como la movilización de sus animales hasta lugares más seguros donde puedan estar hasta que baje el agua en sus tierras. (Lea: Temor por la llegada del invierno en Santander)

Otra de las alternativas es buscar darle suplementos a los animales, para que mantengan una adecuada condición.

Finalmente, en palabras de Arias, estas son las medidas que se pueden tomar pero que implica unos gastos que no se tienen previsto. “El traslado afecta la economía del ganadero porque implica un costo adicional de producción, pero no hay otra solución y es lo que toca hacer”, concluye Arias.