EI Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC, ha empezado a incursionar en el uso de nuevas tecnologías con el propósito de agilizar y hacer más preciso el levantamiento de datos cartográficos, pensando en hacer más eficiente el proceso de restitución de tierras en todo el país.
Garantizar la precisión y exactitud de los procesos cartográficos en Colombia cada vez es más viable gracias a las tecnologías que existen actualmente. Así lo entendió el IGAC, entidad que gracias a una inversión superior a los $5.000 millones empezará a utilizar vehículos aéreos no tripulados, más conocidos como drones, los cuales permitirán agilizar la generación de datos cartográficos a escala detallada en zonas donde se llevan a cabo procesos de restitución de predios. (Video: Aquí podrá conocer cómo son los vehículos aéreos no tripulados que empleará el IGAC y su funcionamiento)
Con esto, el Agustín Codazzi se convierte en la entidad pionera en el uso de drones con propósitos de georeferencia y generación de cartografía en Colombia. Con esta tecnología, se espera llegar a más de 42 municipios en los departamentos de Magdalena, Bolívar, Sucre, Cesar, Tolima, Valle Del Cauca, Caldas, Cundinamarca y Meta; regiones que fueron priorizadas debido a los procesos catastrales de restitución que allí se adelantan.
“La contribución que haremos a través de estas tecnologías es fundamental para la política de restitución de tierras. Por esta razón, invertimos los recursos necesarios en adquirir dichas herramientas y así ofrecerle al país información certera y veraz”, señaló a través de un comunicado el director general del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante. (Lea: Los drones ayudarán a eliminar la hierba improductiva)
Asimismo, desde el Instituto han dicho que se escogieron este tipo de aeronaves gracias a su oportuno desempeño y agilidad en la captura de datos de las diferentes zonas o predios donde se presentan dificultades geográficas o climatológicas.
¿Cómo funcionarán los drones? El proceso inicia con la captura de información a través de imágenes en zonas específicas a escala. Esta pasa a ser analizada y procesada por la subdirección de Geografía y Cartografía en la sede central. Una vez terminado este procedimiento, los datos espaciales, los mapas y las coordenadas, estarán a disposición de los diferentes usuarios y entidades que la requieran.
Los drones además pesan 670 gramos y cuentan con cámaras RGB que permiten hacer tomas de 10 kilómetros cuadrados en tan solo 40 segundos. Son desarmables y pueden volar en condiciones de hasta 12 metros por segundo de velocidad de viento. “El IGAC puede utilizar estos drones para hacer cartografía en municipios pequeños como La Calera, donde rápidamente puede obtener modelos digitales de superficie. Además que los equipos ofrecen una respuesta inmediata cuando es necesario hacer monitoreo constante de un área”, le dijo Pedro Pérez, ingeniero del Grupo Empresarial Geosystem, proveedor de los drones al IGAC, a Visor Geográfico.
El uso de tecnologías cartográficas en el país
Estos vehículos aéreos no tripulados se suman a un conjunto de herramientas aéreas, satelitales y digitales que el Instituto Agustín Codazzi viene empleando para generar e identificar información pertinente sobre los diferentes terrenos y las condiciones del suelo. (Lea: "La tecnología aporta valor a la actividad agropecuaria": SAC)
Actualmente, por ejemplo, se realiza el proceso de toma de aerofotografías digitales con el uso de tres diferentes tecnologías: el satélite, el radar y el avión.
El Instituto realiza este proceso de captura, con su avión propio dotado de una cámara Vexcel Ultracam D que tiene una muy alta resolución, la cual permite obtener una alta calidad de detalle, necesaria para una cartografía de precisión.
El uso del satélite es una excelente herramienta, pero puede ser limitado por los factores climatológicos, dada la ubicación geográfica que tiene Colombia, en donde la mayor parte del tiempo es predominante la nubosidad.
Por este motivo, otra tecnología usada por el IGAC es el radar. Su implementación se puede realizar de forma aerotransportada o con un satélite especial que permite enviar un láser a la zona indicada y atravesar la nubosidad, logrando así una lectura de la cobertura vegetal, alimentando los datos requeridos para el levantamiento cartográfico. (Lea: Biomimética: cuando la tecnología copia a la naturaleza)
“La toma de cartografía por vuelos no tripulados es una tendencia desde hace dos años y ha tomado auge por la facilidad y economía en costos, ya que permite cubrir grandes áreas a sin recurrir a altas inversiones”, puntualiza Édgar Mendoza, coordinador del proyecto en Geosystem.