La primera etapa de la campaña de vacunación contra fiebre aftosa y brucelosis culminó el pasado 15 de junio en casi todo el país. Si bien los resultados preliminares fueron favorables, no dejaron de presentarse problemas, incluido el cambio que tiene en jaque a ganaderos en Caquetá.   Eduardo Plazas Cárdenas, gerente ejecutivo del Comité de Ganaderos del Valle de Ariguaní, en Cesar, contó que tuvo un desacuerdo al inicio del ciclo con la Cuenta Nacional de Carne y Leche, CNCL. (Lea: Primer ciclo de 2018 se extenderá en algunas zonas debido al invierno)   “Al principio nos dijeron que teníamos que designar un vacunador por cada vereda y que teníamos que hacer la programación sin consultar con los ganaderos, pero ellos son los que escogen el día porque deben mirar cómo consiguen el dinero para la vacuna”, explicó.   Según el dirigente, las exigencias de la CNCL en las programaciones causaron traumatismos en el desarrollo normal de la campaña en la región, pues con los operarios apostados en puntos fijos sin posibilidad de trasladarse a otras zonas, no se estaban cumpliendo las metas de cobertura.   “En la primera semana del ciclo se hacían 15 a 18 registros de vacunación (RUV) por día. Se terminó la primera semana con esa directriz que nos dieron y únicamente iban 7 en promedio”, indicó Plazas. (Lea: Ganaderos mantienen protesta por cambios en ciclo de vacunación)   Esto llamó la atención de los funcionarios de la CNCL: “Entonces vino Aura María Duarte (subdirectora técnica) a decir que el comité no estaba ejecutando. Yo le dije que había gente que decía que iba a vacunar tal día pero el vacunador no podía porque estaba en otro lado, mientras que había otros que no estaban haciendo nada en sus veredas”, agregó.   Como lo aclaró el ganadero, cada región del país tiene sus particularidades y los comités ajustaron sus propios procedimientos a lo largo de las 2 décadas que llevan haciendo la tarea. Por ejemplo, en el Valle de Ariguaní, los propietarios del ganado no viven en las fincas y se enteran tarde las notificaciones que llegan al predio.   “Son situaciones distintas que solamente entendemos nosotros, que llevamos tanto tiempo haciendo el ciclo. Entonces los de la cuenta quieren reestructurar todo desde la oficina en Bogotá sin conocer la realidad del campo”, expresó.   San Vicente del Caguán sigue en desobediencia civil   El problema más grave tiene que ver con la declaración de los productores en Caquetá que se rehusaron a vacunar a sus animales debido a que el ICA cambió el manejo del proyecto local al municipio de La Macarena (Meta).   De acuerdo con Óscar Orozco, presidente del Comité de Ganaderos de San Vicente del Caguán, los productores se han declarado en desobediencia civil porque este traslado les genera más complicaciones en su ya de por sí agitada actividad.   “Terminó el ciclo y no tomaron ninguna medida, el ICA no habló de ningún plan de acción. Aquí hay mucha gente que no ha vacunado de las 180 veredas que están en este conflicto”, declaró. (Lea: Ganaderos de San Vicente del Caguán rechazan cambios en operación del ciclo)   Sin lugar a dudas, este hecho pone en riesgo el estatus sanitario del país, que está vulnerable desde que ocurrió el brote de fiebre aftosa por el contrabando de ganado de Venezuela, que no ha podido ser controlado por las autoridades.   Aunque los ganaderos son conscientes de las sanciones por inocular a sus bovinos, también han pedido que entiendan su situación, pues el hecho de registrar el RUV en la oficina de La Macarena implica graves trastornos por el desplazamiento (hasta 8 horas en algunos casos) así como más gastos.   “Hay algunos que sí han vacunado por el miedo y porque tienen que movilizar sus ganados o sacar su crédito. Muchos de esos son nuevos propietarios, pero los tradicionales sabemos que significa el cambio del RUV al Meta y por eso nos sostenemos en nuestra protesta”, añadió.   El presidente del comité de San Vicente lamentó que los medios no hayan eco de esta problemática y, peor aún, que la dirigencia del ICA o de la CNCL se hayan pronunciado sobre el tema. Advirtió que algunos vacunadores tratarían de convencer a los productores diciéndoles que ese cambio solamente se hará por este ciclo, cuando es claro que esta medida aplicará de ahora en adelante.   “Nosotros entendemos que la sanidad del país está en riesgo. En Bogotá dijeron que iban a hacer un estudio, que iban a mirar pero no han dicho nada, todo sigue igual”, manifestó Orozco.