Los habitantes de Lorica y los demás municipios vecinos están viviendo una emergencia tras las inundaciones que se registraron el pasado fin de semana. Productores reaccionaron y enviaron sus animales a tierras secas, pero aun así perdieron sufrieron grandes pérdidas. Productores rurales de la región del bajo Sinú en Córdoba se despertaron el pasado sábado 16 de julio con un panorama desolador: el río se había desbordado, causando inundaciones tanto en fincas como en los barrios del municipio de Lorica. De acuerdo con las autoridades, el jarillón se rompió en el corregimiento de Mata de Caña, vertiendo grandes de cantidades de agua que hicieron recordar la ola invernal del fenómeno de La Niña en 2010-2011. (Lea: San Jorge, una región con gran potencial ganadero) Así lo manifestó Oscar García Llorente, director ejecutivo del Comité de Ganaderos del bajo Sinú, Ganabas, quien contó las graves dificultades que estaban viviendo los pobladores no solo de Lorica, sino también de otros municipios. “No hay río, todo es ciénaga. Las fincas están inundadas, y los cultivos también. Estamos pasando por una grave emergencia. Creo que se está replicando la ola invernal de 2010”, contó el dirigente gremial. En cuanto a los ganaderos, comentó que muchos han tenido que apelar a la trashumancia para mover a sus animales a tierras más secas, que los pastos quedaron sepultados bajo el agua. (Lea: Ganaderos en Córdoba piden reservorios y mejoramiento de praderas) “Todo el mundo movió su ganado para los cerros. Desafortunadamente, hay algunos animales que fueron arrastrados por la corriente pero hasta el momento, no tenemos inventario de cuántos fueron”, precisó el dirigente gremial. Por su parte, Vladimir Martínez, ganadero de San Pelayo, comentó que sus familiares y amigos tuvieron que resguardarse en otras zonas porque sus predios quedaron cubiertos por agua. “Varias veredas de San Pelayo y parte de Cereté resultaron afectadas con el desbordamiento del río Sinú. Aunque ya el agua ha cedido, siempre logró dañar varios lotes de pasto y cultivos de maíz”, indicó. (Lea: Cambio climático afecta cada vez más a los ganaderos del país) En esta medida, muchos productores han tenido que refugiarse en otras tierras que aún conservan las praderas para poder alimentar a sus animales, mientras recuperan sus predios. Por ejemplo, Martínez prestó sus potreros a un amigo mientras pasa la emergencia. Si bien su predio no tuvo ningún daño causado directamente por la inundación, se declaró un damnificado indirecto porque sus pastos se van a agotar más rápido al sobrecargar su finca con los animales de otros hatos. Por esta razón, solicitó a la administración local que hagan gestiones para donar suplementos a los más perjudicados por el invierno. (Lea: Ganaderos del bajo Sinú tienen dificultades para vender ganado y leche) “Gracias a Dios, en esta zona el agua no alcanzó a arrastrar a los animales. Hubo inundaciones y tuvieron que sacarlos, pero no hubo un desastre muy grande. (…) Estamos esperando qué ayudas va a gestionar la alcaldía y el gremio ganadero”, declaró Martínez.