Luis Guillermo Palacio, ganadero de Antioquia, contó que los insumos están «venenosos», haciendo referencia a su alto costo en el mercado. Sin embargo, reconoció que si bien los fertilizantes han disminuido de valor, el precio del concentrado se resiste a bajar.
«Los fertilizantes han bajado un poco, pero la urea llegó a estar a más de $250 mil y algunos todavía están caros. El concentrado se ha duplicado y no baja, está carísimo. Concentrados que estaban $52-$53 mil, están a casi $110 mil», precisó el propietario de lechería especializada.
De acuerdo con Palacio, el alza de los concentrados empezó con la pandemia y se ha mantenido así por los altos precios internacionales del maíz. Afortunadamente, ha podido sostenerse con el pago que recibe del litro de leche, que ha sido de $2437 en las últimas 4 quincenas.
«No hemos tenido mayores problemas con la producción y se ha mantenido. Yo hablo con pequeños productores y a los que son propietarios de la tierra, les está yendo bien», aseguró. (Lea: Por doce meses se mantiene arancel cero para insumos agropecuarios)
En otro departamento con lechería especializada, Cundinamarca, el productor Carlos Arturo Gómez, ubicado en Nemocón, coincidió en que los precios de los concentrados siguen muy elevados, aunque la compensación que reciben por la leche les ha permitido sostener la productividad.
«Al subir los precios de la leche hemos podido mantener el negocio y costear los insumos. Los fertilizantes han subido bastante, pero el concentrado sigue subiendo todos los meses. Estaba a $2500 el kg, lo mismo que nos pagan por el litro de leche», advirtió.
A diferencia de Palacio, Gómez develó que la producción de leche ha disminuido desde el año pasado y apenas empezó a regularse al alza hacia finales de marzo y principios de abril. (Lea: ¿Qué está pasando en realidad con la producción de leche? ¿Cuál es su futuro?)
No obstante, le preocupa que los precios sigan aumentando pero especialmente los anuncios sobre la llegada del fenómeno de El Niño en el segundo semestre del año, que sin duda impactará en su productividad debido a una menor pluviometría, haciendo escasear el agua y el forraje.
«Tenemos que sembrar desde ahora y mantener comida para el ganado, haciendo silos de maíz o de avena para tener reservas para el verano, que dicen que será fuerte. Estamos a la expectativa de ver qué pasa», manifestó.
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