En varias partes del departamento comenzó la recuperación con la llegada de las lluvias, que han caído de forma desigual e inconstante. Los ganaderos están aprovechando los nuevos brotes de pasto para dar a sus animales. Saben que la recuperación será lenta.   Hugo Hernández Mejía, propietario de la finca El Recreo en Guaranda, Sucre, confirmó que se ha mitigado el verano y que comienza a crecer forraje en sus pasturas.   “El proceso de recuperación ha sido duro, bastante pesado. El Ministerio de Agricultura regaló un silo de maíz en marzo pero eso no fue suficiente, porque solamente mandaron una mula”, indicó. (Lea: Intensa sequía y sobreproblación bovina perjudican a La Mojana)   Durante el verano, el productor perdió cerca de 20 animales por la falta de agua y de alimento para el ganado. Para luchar con los embates de la sequía, se vio obligado a descargar su finca, a excavar pozos profundos, a suministrar suplementos, entre otras medidas.   Apeló a todas las estrategias que había aprendido de las charlas del Fondo Nacional del Ganado, FNG, para sobrevivir a la crisis que casi arrasa con su predio. Hoy por hoy se siente agradecido con el regreso de los aguaceros que están cayendo, aunque son pocos.   “Ya llovió, las tierras vuelven a ser fértiles y ha retoñado bastante la hierba. Los animales ya no están pasando por tantas necesidades porque hay agua y de todo”, sostuvo Hernández. (Lea: Ganaderos en norte de Cesar empezaron a reactivar el campo)   Darinel Enrique Regino Ricardo, profesional en San Marcos del Fondo Nacional del Ganado, FNG, contó que el promedio de precipitaciones en mayo fue de 80 mm, menor a los 200 mm a los que estaban acostumbrados los ganaderos de La Mojana.   Allí están concentrados la mayoría de los ganados del departamento, debido a la riqueza de las fuentes hídricas como las ciénagas y los ríos que confluyen. (Lea: La región del San Jorge y La Mojana está a punto de secarse)   En las zonas más secas de Sucre caen lluvias pero con menor intensidad. Gustavo Rodríguez, médico veterinario de San Pedro, Sucre, contó que el régimen de precipitaciones es irregular en este y los demás departamentos del Caribe, cuando se esperaría que fuera generalizado.   “En este tiempo era para que todo el mundo tuviera sus represas llenas. Hay algunos ganaderos que disponen de agua, así como hay otros que todavía están pasando necesidades”, dijo. (Lea: Ganaderos le recuerdan al Gobierno que la crisis aún no ha terminado)   Fidiar Hernández Parra, profesional en Sincé del FNG, señaló que a pesar de trabajar en la zona más seca del departamento, en el centro de Sucre, han caído algunos chaparrones.   “Los pastos se han recuperado muy poco. Algunos están midiendo 15 centímetros, otros 10. En cuanto a los ganados, la mayoría todavía se encuentran en la región del San Jorge y La Mojana”, aseveró.   El profesional explicó que los suelos que antes se veían áridos han recobrado el color verde de sus pastos. A lo largo de los 9 municipios donde trabaja, desde El Roble hasta Morroa, y desde Sampués hasta Buenavista, es posible ver a los ganados que vuelven a pastar en los predios.   Sin embargo, el experto aseguró que hay un tema que preocupa mucho a los productores y que en la región se conoce como ‘el veranillo de San Juan’. Se trata de una temporada de calor que vuelve hacia finales de junio y se prolonga hasta finales de julio o principios de agosto.   “Los ganaderos están nerviosos y han movilizado los animales paridos y los destetes. Los demás los han dejado en las zonas bajas hasta esperar qué pasa ahora el 24 de junio en adelante que viene el veranillo de San Juan”, precisó Hernández Parra.