Consultor del eje cafetero dividió potreros en una finca de cría y juntó, de manera simultánea, lotes de producción para que los animales tuvieran periodos de ocupación de dos días máximo y periodos de descanso entre 40 y 50 días sin fertilización. Esto le permitió disminuir el intervalo entre partos y aumentar la tasa de natalidad. Un ejercicio de mejoramiento productivo que realicé en el eje cafetero me permitió la reducción de los días abiertos y de manera simultánea aumentar el índice de natalidad de 77,7 a 85,8 por ciento. Así lo manifestó Felipe Aristizabal, médico veterinario, zootecnista, MSc, especialista en producción de leche y consultor agropecuario, quien explicó que “fue un trabajo realizado en un hato de cría de 110 vacas adultas en un área de 50 hectáreas”. (Lea: Cómo lograr mayor producción de crías y de leche) Es una unidad productiva ganadera cuya ubicación geográfica se encuentra a 1.100 metros sobre el nivel del mar. Dicho predio tiene pasto estrella Brachiaria Spp y Brachipara y al iniciar el trabajo se fertilizaba cuatro veces al año con urea. Las estrategias Según Aristizabal, “lo único que hice fue dividir potreros y juntar lotes de producción para que tuvieran periodos de ocupación de dos días máximo y periodos de descanso entre 40 y 50 días sin fertilización”. Esto permitió aumentar la oferta forrajera para los animales e igualmente mejoró el consumo de materia seca. El manejo del hato incluía cuatro palpaciones al año. Desde el mes de diciembre se aumentó la frecuencia de chequeos reproductivos a cada 45 días y la implementación de estrategias con hormonas reproductivas según diagnóstico ginecológico. “Los días abiertos del hato o el intervalo concepción en los últimos años eran de 185 días y se redujo a 140 días en promedio”. (Lea: El período de espera voluntario) Igual sucedió con el intervalo entre partos promedio pues este disminuyó de 470 a 425 días. De acuerdo con el MVZ, “dicha estrategia permitió, asimismo, incrementar la tasa de natalidad de 77,7 a 85,8 por ciento”. Al mismo tiempo, la mejor oferta forrajera permitió un aumento del peso al destete de las crías pasando de una media de 174 kilos en años anteriores a un promedio de 185,3 kilos. “Tanto el mejor desempeño reproductivo, como el aumento del peso al destete significó un aumento en los ingresos del hato”, dijo Aristizabal. (Lea: Conozca la importancia del equilibrio entre la fertilidad y la productividad)