La Junta Directiva de Fedegán ha considerado necesario dirigirse a la comunidad ganadera nacional para compartir sus percepciones e inquietudes a raíz de los hechos que hoy afectan a la actividad, proyectando una sombra de incertidumbre sobre el futuro de la ganadería colombiana. El contenido de la carta es el siguiente: Sea lo primero, con dignidad y orgullo ganadero soportado en una historia de más de medio siglo de enormes esfuerzos y de logros incuestionables, reiterar en la condición de Fedegán como la entidad gremial más representativa de la ganadería colombiana, una realidad irrefutable que terminará imponiéndose a la persecución, al estigma y a todos los intentos de destruir desde adentro la institucionalidad gremial ganadera. (Lea: Emergencia sanitaria en todo el país por fiebre aftosa) La Fiebre Aftosa Después de hacer realidad el Fondo Nacional del Ganado, logro alcanzado gracias a la representatividad de Fedegán y a la persistencia de Hernán Vallejo Mejía, José Raimundo Sojo Zambrano y Jorge Visbal Martelo, acompañados siempre por el expresidente emérito de la Federación, Miguel Santamaría Dávila y por un claro liderazgo ganadero regional; un Fondo que, dicho sea de paso, está tan vigente como la Ley 89 de 1993 que lo creó, aunque hoy se pretenda reemplazarlo por una cuenta de nombre espurio y sin ningún sustento legal; después de esa inmensa conquista –reiteramos–, le sigue en importancia el de haber logrado convocar, cuatro años después, el interés del Gobierno y del Legislativo alrededor de la erradicación de la Fiebre Aftosa como “un propósito nacional”, a partir de la expedición de la Ley 395 de 1997. Nació entonces el Programa Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, alimentado con recursos de la Cuota de Fomento Ganadero y Lechereo, y operado por Fedegán como entidad administradora del Fondo Nacional del Ganado, en alianza estratégica con el ICA como autoridad sanitaria nacional y con el Ministerio de Agricultura. Después de décadas de esfuerzos desarticulados, desfinanciados y, por lo tanto, infructuosos –la aftosa había llegado al país desde 1950–, el nuevo modelo empezó a rendir sus frutos y, cuatro años después, en 2001, se obtuvo la primera certificación regional de libre de aftosa con vacunación. (Lea: Brote de aftosa prueba incapacidad de Unaga y NFG para manejar ciclo) Desde entonces los resultados se fueron multiplicando hasta 2009, cuando se recibió la última certificación regional que completó el mapa del país libre de aftosa con vacunación. No solo demostramos que SÍ se podía, sino que cumplimos con la promesa de valor de la primera campaña del FNG –Colombia sin Aftosa, un propósito nacional–, y más importante aún, logramos que el país cumpliera sus compromisos con el Plan Hemisférico de erradicación definido por la Comisión Hemisférica para la Fiebre Aftosa –COHEFA–, mientras que el modelo colombiano de erradicación recibía reconocimiento internacional. Hoy, ganaderos de Colombia, esa conquista está en riesgo, como lo están todas las alcanzadas por Fedegán, desde cuando, hace más de medio siglo, nació como una unión de voluntades ganaderas frente a la amenaza a la legítima propiedad de la tierra por cuenta de la reforma agraria expropiatoria, amenaza que hoy también reaparece como parte de los compromisos del Acuerdo Final con las Farc. En el mes de julio de 2016, el presidente de Fedegán, con el respaldo de la Junta Directiva de la Federación, advirtió oficialmente a la COHEFA sobre lo que, infortunadamente, hoy está sucediendo: la reaparición de la fiebre aftosa en el territorio nacional. (Lea: Reacciones de los exportadores ante el cierre de mercados por Aftosa) En su intervención, el doctor José Félix Lafaurie informó a las autoridades sanitarias del hemisferio sobre los riesgos de desmontar el equipo técnico-científico que no solo había concebido el Programa Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa plasmado en la Ley 395 de 1997, sino que también lo había ejecutado con resultados incuestionables durante 18 años consecutivos, hasta el mes de diciembre de 2015, cuando el Gobierno le arrebató a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado, desarticuló todos sus programas y despidió a sus empleados, entre ellos al equipo de Salud Animal, limitándose desde entonces a tratar de darle continuidad a los ciclos semestrales de vacunación, con los resultados conocidos. Rechazamos enfáticamente las declaraciones del ministro Iragorri frente a las legítimas denuncias de Fedegán por la ocurrencia del brote de Aftosa en Arauca, sobre todo cuando se refiere al equipo técnico-científico y operativo del FNG encargado de los programas sanitarios como una burocracia bien paga que no hacía nada en Bogotá. Desestimar las ventajas de la planeación, la dirección y el control acertado que lograron la certificación de país libre con vacunación desde 2009, y que permitieron que el Programa Nacional de Erradicación contara, inclusive, con certificación de calidad ISO debidamente auditada hasta el año 2015, es desconocer la realidad, máxime cuando apenas un año después de asumir directamente el control del Programa de Erradicación los ganaderos nos enfrentamos a la reaparición de la fiebre aftosa. (Lea: Efectos del brote de Aftosa en Arauca) ¿Qué se perdió? Aunque el Ministro de Agricultura ha tratado de desestimar ante los medios la gravedad de lo sucedido, el ICA sí parece entenderla, a juzgar por su declaratoria de “emergencia nacional sanitaria” durante un año y en todo el territorio nacional. De nuestra parte, la Junta Directiva respalda íntegramente los planteamientos públicos del presidente de Fedegán sobre la afectación para la ganadería nacional: 1. Se perdieron ocho (8) años de continuidad sin la ocurrencia de brotes de aftosa en el territorio nacional. 2. Se perdieron, hasta ahora, los mercados de países como Perú, Ecuador y Panamá hasta ahora, y exportaciones por cerca de 200 millones de dólares. Lo cierto es que ningún país libre de aftosa comprará carne colombiana principalmente, pues los lácteos procesados tienen menores restricciones. El país aquedó otra vez limitado a venderle carne solo a los mercados de bajo precio de los países aftosos. 3. Se perdió cualquier avance que hubiera en los procesos de admisibilidad a Estados Unidos y la Unión Europea, de los cuales, dicho sea de paso, estamos esperando resultados desde hace diez años, sin que hasta hoy se haya podido exportar un kilo de carne a esos mercados. (Lea: Así han reaccionado los comités regionales ante el brote de fiebre aftosa) 4. Se perdió la continuidad de la certificación de país libre con vacunación, un verdadero patrimonio de la ganadería. 5. Se perdió la certificación ISO de calidad que ostentaba el Programa Nacional de Erradicación durante la administración del FNG por parte de FEDEGÁN. 6. Están en alto riesgo un esfuerzo de 20 años y el aporte de los ganaderos del orden de 700.000 millones de pesos a través de la contribución parafiscal. Las causas de la emergencia La reaparición de la Fiebre Aftosa en Colombia no es, sin embargo, una situación aislada o un hecho fortuito. Por el contrario, como lo manifestó acertadamente el presidente de Fedegán, se trató de un evento predecible, dadas las circunstancias que se vienen presentando desde 2012. Desde cuándo se completó la certificación de país libre con vacunación en 2009, la autoridad sanitaria internacional, la OIE, exigió la delimitación de lo que se conocen como Zonas de Alta Vigilancia –ZAV– en la frontera con Ecuador y, principalmente, en la frontera venezolana, en razón a que el vecino país reportaba alta presencia de la enfermedad y políticas muy precarias de control y erradicación. (Lea: Primer semestre del año deja sabor agridulce entre los ganaderos) Como su nombre lo indica, esta zona exigía estrategias permanentes de “alta vigilancia”, que existían, pero que se fueron literalmente desmoronando desde 2012, cuando las relaciones entre el Gobierno y Fedegán pasaron del desacuerdo legítimo a la abierta persecución a través del Ministerio de Agricultura. 1. En 2012, el Ministerio de Agricultura rescindió unilateralmente el convenio para el manejo de Guías Sanitarias de Movilización por parte de los comités de ganaderos bajo la coordinación de FEDEGÁN. Esta función, definitiva para el necesario control de movilización de animales, más aún en las ZAV y, sobre todo, en la frontera con Venezuela, retornó al ICA, con lo cual volvieron los problemas de atención deficiente y centralizada, pero sobre todo volvieron los casos de corrupción a cuyo amparo crecen el abigeato y el contrabando. 2. En 2012 el Ministerio rescindió, también unilateralmente, el convenio con Fedegán para el manejo de la trazabilidad, cuando ya se habían identificado, a diciembre de 2012, más de 675 mil animales, con prioridad en las Zonas de Alta Vigilancia. El Gobierno le entregó esa función al ICA y ese trabajo se perdió. (Lea: Trazabilidad estancada en zonas susceptibles a Aftosa) Para los ganaderos que aún no tienen suficiente información sobre el tema, la trazabilidad, al igual que la Fiebre Aftosa, se convirtió en barrera paraarancelaria al comercio internacional de carne principalmente, a raíz de las epidemias de la llamada enfermedad de “las vacas locas” –Encefalopatía Espongiforme Bovina– en Europa a comienzos del siglo. No obstante, no se trata solamente de la pérdida de mercados, sino de que la trazabilidad es un instrumento de control sanitario por excelencia. Si Colombia tuviera trazabilidad completa en la Zona de Alta Vigilancia de Arauca, como ya debería tenerla, muy seguramente no se habría presentado el contagio. 3. En 2015, el Gobierno le arrebató a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado y en 2016 lo llevó a liquidación. El equipo de Salud Animal que estaba a cargo del Programa de Erradicación fue desmantelado, y un contratista del Ministerio, sin mayor experiencia ni conocimiento, reemplazo al PHD en Epidemiologia que durante más de diez años estuvo al frente del Programa. Hoy se pretende desdibujar la importancia de la experiencia y, principalmente, del conocimiento, lo cual es una posición inaceptable por parte del Ministerio de Agricultura. (Lea: ¿Cuánto perderían los municipios afectados por cuenta de la Aftosa?) Lo cierto es que el Programa Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, que se concibió, se construyó y se operó con éxito durante la administración del Fondo Nacional del Ganado por parte de Fedegán, con su estructura de planeación, de organización, de ejecución y de control; con sus dos ciclos semestrales de vacunación ininterrumpidos, con sus procedimientos y su red de frío certificados por norma ISO, es, de lejos y sin lugar a dudas, la campaña sanitaria, tanto humana como animal, de mayor complejidad, permanencia, costo y, sobre todo, de resultados exitosos, que cualquier organización pública o privada haya realizado en el país en toda su historia. Es un motivo de orgullo para Fedegán y para la eficiencia y compromiso de una institucionalidad ganadera que hoy se pretende desconocer y destruir. Hacia delante Frente a lo sucedido, se equivocan quienes pretenden buscar intereses mezquinos u oportunistas en las denuncias y advertencias de Fedegán en relación con la reaparición de la fiebre aftosa y su impacto en la ganadería colombiana. Por ello, la Junta Directiva de Fedegán, en pleno y por unanimidad, se permite aclarar a la comunidad ganadera y a la opinión pública su posición corporativa sobre el tema: 1. No es la intención de Fedegán generar pánico innecesario entre los ganaderos, pero rechazamos la actitud del Ministerio de minimizar el hecho mismo y sus consecuencias, que calificamos de suma gravedad. 2. No es la intención de Fedegán boicotear cualquier esfuerzo de las autoridades sanitarias para controlar el brote de aftosa y sus consecuencias. Por el contrario, convocamos a los ganaderos a la colaboración y a una actitud responsable frente a la vacunación y frente a la enfermedad misma. (Lea: Brote de aftosa en Arauca) Uno de los más grandes logros del FNG y un capital intangible de la ganadería es la creación de una “cultura sanitaria” que debemos preservar a toda costa. 3. Es una responsabilidad y un deber misional de Fedegán como entidad gremial y de su Junta Directiva como máximo órgano corporativo de administración, denunciar públicamente la ineficacia y malos resultados de las políticas públicas que afectan a la ganadería, de la misma manera que hemos reconocido sus resultados cuando ha sido del caso. 4. Demandamos del Gobierno políticas públicas concertadas en los temas críticos de Guías Sanitarias de Movilización, trazabilidad integral con prioridad en las Zonas de Alta Vigilancia, acceso a mercados, y en el no menos importante de la plena vigencia de la normatividad sanitaria en los procesos de transformación, distribución, comercialización y transporte de animales y de carne (Decreto 1500 de 2007). 5. Rechazamos públicamente, siempre que nos sea posible, las medidas de retaliación del Gobierno contra Fedegán, principalmente la de quitarle la administración del FNG y llevarlo a su liquidación, generando una lesión enorme al principal patrimonio de la ganadería colombiana y el mayor logro de Fedegán. (Lea: Lafaurie alerta por incertidumbre del estatus sanitario colombiano) 6. Finalmente, llamamos a la unión de la institucionalidad ganadera alrededor de Fedegán, en un momento en que, además de la difícil coyuntura sanitaria, la ganadería enfrenta problemas graves en la actividad lechera, por cuenta de las dificultades estructurales del mercado derivadas de la informalidad y el abuso de posición dominante por parte de la industria. La inseguridad rural, con la extorsión a la cabeza, ha regresado o nunca se ha ido de extensas regiones del país y, adicionalmente, como parte de los compromisos de La Habana, está nuevamente en riesgo el derecho a la propiedad legítima de la tierra y se asoma el fantasma de la expropiación, una lucha que estuvo detrás de la creación de Fedegán hace más de medio siglo. Ganaderos de Colombia: La Junta Directiva de Fedegán los invita a la unión, a la responsabilidad y al respeto de las instituciones democráticas, pero también a la defensa de nuestro gremio y de los intereses legítimos de la ganadería colombiana. Como bien dice nuestro himno, “este gremio siempre ha sido de la patria un gran pedazo”. Lo cantamos con orgullo, pero también con la libertad, la independencia y la verticalidad que siempre han caracterizado a los ganaderos de Colombia. (Lea: La verdad sobre las cuentas de la vacuna en Fedegán)