Un grupo de 15 pequeños y medianos productores de la región desarrollan prácticas responsables en pro de la conservación del medio ambiente, sin que la producción pecuaria se vea afectada.
“La única manera de hacer que tanto el medio ambiente, los ecosistemas y la ganadería que nosotros manejamos funcionen, es a través de los sistemas silvopastoriles. Se ha cometido durante mucho tiempo el error de quitar los árboles de los paisajes y ellos son la materia fundamental para que el sistema amazónico funcione, aportan la materia orgánica al suelo a partir de todos sus desechos” explica José María Morales, asistente técnico del predio ‘La Pequín’, en Caquetá.
“Éramos de los que cada año talábamos el rastrojo que salía, porque creíamos que era maleza. Error. Llevamos 24 años tratando de volver a hacer que el suelo amazónico funcione, entonces lo que estamos haciendo es rehabilitando áreas, a partir de la regeneración natural nativa (dejar que brote lo que se produce en la zona), dejamos que crezca unos 5 años y a partir de ese rastrojo que sale, seleccionamos lo que nos sirve y no nos cuesta un solo peso”, sostiene Morales, quien tiene una especialización en Sistemas Silvopastoriles.
Por eso, en alianza con el Centro de Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria, Cipav, un grupo de 15 ganaderos de Caquetá siembra especies nativas. Es el caso de Alberto Perdomo, propietario de la finca San Isidro, que desde hace más de 3 años busca mejorar su producción, sin generar impactos negativos en el medio ambiente “con la boca de indio, la madura plátano, el nacedero y las variedades de guamos que hay en la Amazonía, las condiciones del suelo van a mejorar ostensiblemente y el comportamiento de la gramilla va a ser mejor. Es más productivo para aquellos que tenemos la posibilidad de vender leche”, puntualiza.
Según el asistente técnico de ‘La Pequín’, en 4 años la producción de leche aumentó, aunque aún no tiene una medición exacta acerca del mejoramiento de la calidad de la leche. “Hemos incrementado la producción de leche, se calcularon los días de producción y ocupación del metro cuadrado y al no haber tanto pisoteo del ganado la gramilla rinde más, al coger más forraje, las vacas nos producen más leche. Es decir, cuando se empezó el programa,la producción de leche estaba en 4,9 litros, pero en 2012fue de 5,8 litros con 70 vacas”.
''Hemos cambiado nuestra forma de pensar con la implementación de sistemas silvopastoriles, que sí hace que la ganadería sea sostenible, si seguimos con monocultivos los prados del Caquetá se verán desérticos”, puntualiza José María Morales.