Investigadores universitarios trabajan en proyectos para mitigar los efectos del cambio climático en Antioquia, uno de los departamentos colombianos que se verá más afectado por el incremento de la temperatura global. Este es un panorama parcial de lo que se está haciendo.
En días recientes se han escuchado más fuerte las alertas mundiales por los efectos de la crisis del calentamiento, a raíz de incendios en grandes áreas de la Amazonia. (Lea: Antioquia presentó Plan Regional Cambio Climático)
En el caso de Colombia, una modelación climática realizada por la universidad inglesa de Exeter y divulgada en octubre de 2018, prevé que el calentamiento y la reducción en los patrones de precipitación reducirán la productividad en la mayoría del territorio y disminuirán la capacidad de retener gases de efecto invernadero.
“Empezamos tarde a trabajar en la búsqueda de soluciones a esta problemática, pero aún podemos hacer algo si las autoridades se ponen las pilas en enfocar los esfuerzos en dónde es. El mensaje clave para las autoridades es juntarse con la academia, que está generando conocimiento, para enfocarse en lo que realmente se requiere”, advirtió Juan Camilo Villegas, profesor de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, y quien trabaja en varias investigaciones que realiza la Alma Máter con distintas instituciones de educación superior nacionales y de otros países.
Desde diferentes unidades académicas de la Universidad de Antioquia se adelantan estudios y se desarrollan investigaciones y procesos tendientes a mitigar la crisis climática. A continuación presentamos algunas de ellas. (Lea: Antioquia asume los retos del cambio climático)
Adaptación de bosques andinos
Es uno de los proyectos más grandes en Colombia, liderado por la Universidad de Exeter (Inglaterra) y la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia, con la participación de otras entidades de Colombia, EE. UU. y Australia.
Se tomaron árboles del bosque andino en el municipio de Caramanta y se trasplantaron en los municipios de Támesis y Fredonia, dos sitios más bajos, para estudiar cómo responden a temperatura más elevada. Aunque el proyecto va por la mitad del tiempo establecido —seis años en total—, ya se han identificado especies que se han adaptado de manera exitosa a la nueva condición climática y otras que definitivamente no pueden sobrevivir. Se escogió esta zona de trabajo porque el foco del proyecto es el bosque andino, que es muy importante para mantener la provisión de agua, la regulación hidrológica, el control de la erosión y la producción de alimentos para la mayoría de la población en Colombia.
Cambios en los usos del suelo
Es una región estratégica, pues surte cerca de la mitad del agua potable del Valle de Aburrá, genera energía para el sistema interconectado nacional, es una de las mayores zonas productoras de leche en el país, tiene ecosistemas de páramo y bosque y una población medianamente alta. Ahí se adelantaron nueve proyectos en cinco años y una de las principales conclusiones es que el cambio de uso del suelo de bosque a otros usos, como agricultura o ganadería, afecta negativamente la capacidad de mantener agua en cantidad y calidad, tanto para el funcionamiento de los ecosistemas como para el abastecimiento de las poblaciones humanas, y esa observación es válida tanto en lo local como en lo global, es decir, algo similar tiende a ocurrir en toda la zona andina colombiana, aseguran los investigadores. (Blog: Así luce el liderazgo en cambio climático)
Laboratorio de calorimetría y respirometría animal
Cuenta con tecnología de punta para medir gases generados por el intercambio respiratorio y el proceso de fermentación durante el proceso de rumiar de los vacunos, en el que se producen, en promedio por animal, unos 400 litros de metano al día, uno de los principales gases causantes del efecto invernadero.
Hasta ahora, en el país, las políticas de reducción de emisión de este gas se establecen con base en información del Ideam, que la recibe de otros países, y está tomada de animales que se alimentan de manera diferente a los de Colombia.
Con las mediciones del Laboratorio de calorimetría y respirometría animal, se han empezado a evaluar estrategias de mitigación y a diseñar políticas más efectivas de reducción de la producción de metano en el sector agropecuario colombiano, al tener por primera vez datos locales sobre los factores reales que causan esas emisiones. (Lea: El cambio climático ya tiene un impacto en nuestra salud)
La proyección al 2050 Antioquia
Entre los 11 temas que aborda el documento Gran Acuerdo por Antioquia 2050, presentado en 2018 por la Universidad de Antioquia a la administración departamental, se destaca el ambiental. Manglares, humedales y páramos se verán afectados por el incremento de la temperatura y el cambio en el régimen de las precipitaciones, a la vez que habrá una reducción en la producción agropecuaria y pérdida de biodiversidad.
Por ello se propuso avanzar en estrategias como promover los cultivos de especies que mejor se adapten al cambio climático, impulsar la reforestación para lograr una mayor captura de CO2 y replantear la movilidad basada en combustibles fósiles, como políticas generales. En el plano individual, se hizo un llamado a las personas para que empiecen a cambiar la concepción de bienestar de nuestra sociedad por una más modesta y responsable con el ambiente.