Desde hace unos meses, la tendencia del precio de la leche ha venido cambiando en algunos sectores de Colombia. En Boyacá, el precio viene con unos movimientos de alzas, por las lluvias y la oferta del producto en la región.
La leche es un producto que tiene un costo muy cambiante en el país, su monto varía dependiendo de las condiciones climáticas y factores externos que la afectan. En Boyacá, se está presentando una tendencia en alza desde febrero de 2019, producto de la resolución 017 de 2012. (Lea: Productores de Antioquia están afectados por bajo precio de leche)
Víctor Fajardo, presidente de la Federación de Ganaderos en Boyacá, Fabegán, afirma que “las compras de leche están normales, las empresas están recogiendo el producto en las fincas. Venimos hace muy poco tiempo de una relativa escasez, pero hay recuperación en los pastos por lo que la oferta está en equilibrio con la demanda, generando que los precios estén estables”.
Bajo la resolución 017 de 2012, los productores han tenido que mejorar las condiciones de sanidad de su producto y generar una leche de calidad, que tenga contenga la suficiente proteína y grasas que requieren las compañías para la compra.
“Las empresas tienen un esquema de pago que está cobijado en la resolución 17 de 2012, que se enfoca en los componentes sólidos de la leche más la calidad en temas sanitarios, pero al final la media de la región puede estar entre $1.000 y $1.100 pesos al productor”, asegura Fajardo. (Lea: Precio de leche cae en las cuencas lecheras de Boyacá y Cundinamarca)
Enrique Ortega, ganadero del área Oriental de Boyacá, señala que “en mi zona, el precio depende porque la leche que está regida por los parámetros de la resolución con buena calidad está alrededor de los $1.200 con excelentes volúmenes. Sin embargo, en otras partes de la región de Cundinamarca, Boyacá y Chiquinquirá, debe estar en promedio a los $1.100”.
En este departamento, exceptuando en la zona nororiental de Cundinamarca, donde el verano fue un poco más intenso, las lluvias arrancaron desde la segunda quincena de febrero y la primera de marzo, lo que hace que el sector lleve unos 50 días de precipitaciones que han permitido que los campos produzcan unas condiciones estables de forrajes.
“Hace más o menos un mes veníamos con una oferta algo limitada, producto del verano que tuvo el país, pero me parece que esos volúmenes tienden a reestablecerse. Lo que siento es que en este próximo semestre, la tendencia es a que haya una oferta suficiente para que los precios se mantengan”, expresa Fajardo.
Con las lluvias, la producción forrajera ha sido la necesaria para alimentar a los animales. Sin embargo, en algunas zonas del departamento esto ha sido un poco diferente. “Las excepciones se presentan en las partes más bajas del departamento, porque sufren un poco con los excesos de precipitaciones y tienen que subir los costos de producción debido a que los ganaderos tienen que hacer bombeos permanentes, sacando excesos de agua de los canales”, indica Fajardo. (Lea: El contraste de las lluvias está siendo protagonista en Boyacá)
La tendencia es que con el invierno, el forraje en los pastos crezca y el precio de la leche se regule. “No creo que el precio vaya aumentando, pues los aguaceros marcan una tendencia a mejorar los volúmenes, además que las importaciones generan una estabilidad. Por esto, considero que a finales de mayo puede estar a la baja”, concluye Ortega.