Las frecuentes disputas entre los Rastrojos y los Urabeños han generado inseguridad en las diferentes regiones rurales del departamento, lo que se traduce en temor y abandono por parte de una gran mayoría de los actores del sector productivo.
Desde el pasado mes de febrero, la Defensoría del Pueblo aseguró que la situación en materia de seguridad en la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca, se estaba viendo alterada por la lucha constante por el territorio entre 2 bandas criminales: los Rastrojos y los Urabeños.
“Durante los 2 últimos años la disputa que libran estos grupos por el control territorial y poblacional en varias regiones de Colombia se ha manifestado con crudeza en Cali”, citó la entidad en ese entonces. (Lea: Ganadero, te hablo desde la prisión)
El informe entregado por la Defensoría, arrojó datos pocos favorables para la seguridad del país: en la actualidad hay 2.134 jóvenes inmersos en pandillas, estructuras que tienen presencia en 17 de las 22 comunas que conforman la ciudad.
“Estos jóvenes, además de estar expuestos a las acciones de dichas estructuras, son instrumentalizados ante sus pretensiones por expandir la violencia”, sentenció el documento de la Defensoría del Pueblo. (Lea: Capturan a alías ‘Franco’, extorsionista de ganaderos)
Y parece que la expansión de estos grupos vandálicos no solo abarca los cascos urbanos del país. Varias denuncias recibidas por CONtexto Ganadero demuestran que en la actualidad los Rastrojos y los Urabeños vienen afectado considerablemente el desarrollo social y económico del sevtor agropecuario.
Un ganadero de la región, quien pidió no revelar su nombre por seguridad, informó que en la región rural del Valle del Cauca últimamente se está viviendo con “unas condiciones pésimas de seguridad para quienes hacen parte del sector bovino”. (Lea: Informe Especial: Panorama de la extorsión en Colombia)
“Por ejemplo, en los municipios de El Dovio y Versalles, hay zonas en donde ninguna persona puede ir. Hay ganaderos que están abandonando las fincas por seguridad, pues no pueden llegar a sus predios. En esta zona actúan mucho las Bacrim, sobre todo los Rastrojos”, sostuvo el productor bovino.
En la misma línea, otro productor bovino, quién también solicitó anonimato, expresó que las afectaciones productividad generadas por esta ola de inseguridad han traído zozobra a la actividad pecuaria. (Lea: Secuestro, robos y abigeato, siguen siendo problemas sin salida)
“Aunque la situación que se vive en estos momentos es menor en materia de inseguridad si se compara con épocas pasadas cuando existía la riña entre los Rastrojos y los Machos, es bastante delicado el impacto negativo actual para el sector ganadero”, indicó el productor.
Aunque por ahora no existen cifras precisas sobre el alcance que estos altercados han generado en el sector productivo, lo cierto es que la violencia se suma a problemas como los Tratados de Libre Comercio, el contrabando, entre otros, con los que deben lidiar los productores, quienes coinciden en que es necesario que el Gobierno tome cartas en el asunto y evite la quiebra de quienes han optado por trabajar en el campo.