Tras de la expedición de la resolución 1332, emitida por el ICA, productores bovinos han percibido un crecimiento en el número de animales que se comercializan en este municipio de Antioquia, lo cual permite la recuperación en las finanzas de los ganaderos de esta región.
De acuerdo con Carlos Aulestia, gerente comercial de la Subasta Ganadera de Caucasia, Subagauca, gracias a la derogación de la resolución 840 del 16 de febrero de 2011, emitida por el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, y mediante la resolución 1332 del 12 de marzo de 2013, se ha venido percibiendo un incremento en la comercialización de ganado bovino en las diferentes subastas de la región.
“Después de un mes de expedida la resolución aún no hay cifras sobre cuántos animales se han comercializado, pero se está dando la venta de vacas escoteras para cría y ceba y vacas paridas, la cual se había acabado, porque lo que hacían era sacarlas pequeñas”, aseguró el gerente comercial.
Aulestia sostiene que “el productor también se ve beneficiado porque le salva la vida a muchas vacas paridas y escoteras (novillas) que pueden perder su virtud genética, entonces si las comercializan no necesariamente será para sacrificio”. (Lea “La comercialización es el primer problema de los ganaderos”: José Gabriel Méndez’)
Algo que Guillermo Agudelo, ganadero de Caucasia señala como cierto, “porque aparte de que los precios son buenos, nosotros comercializamos muy rápido los machos, las hembras las dejamos un poco más en la finca y luego las vendemos”.
No todo es ganancia
Y aunque en el tema de comercialización, el panorama viene mejorando, para el estatus sanitario que ostenta el país como ‘Libre de fiebre aftosa con vacunación’ y el consumidor final, la resolución puede no tener tantos beneficios. (Lea ‘Por cuenta del ICA, Colombia podría perder su estatus sanitario’)
Medidas básicas como hacer la limpieza y lavados en los animales se llevan a cabo en todo tipo de subastas. Sin embargo, “es imposible saber ‘en caliente’ si un animal tiene o no un virus, nosotros tratamos de separar el ganado que pueda estar infectado, pero como no hay un funcionario del ICA que diga qué animal es o no apto, no se puede dejar de comercializar, eso sería tener en contra al cliente. A pesar de esto, nosotros tratamos de cumplir con todas las normas”, explica Carlos Aulestia.
Igualmente, el consumidor final también podría verse afectado ya que con esta ‘ventaja’, el tiempo del sacrificio del ganado se prolongaría, “lo que significa que regresaríamos a esa época donde se consumían vacas viejas, entonces se puede deteriorar la calidad de la carne de hembra que estamos consumiendo”, expuso el gerente de la Subasta Ganadera de Caucasia.
A largo plazo los beneficios, de acuerdo con Aulestia, serían la repoblación de ganado en los hatos y el incremento de la participación de los productores, pero también sugiere la creación de un programa de descuentos que beneficien al ganadero, “una ley en donde le digan al productor si usted el año pasado tenía 100 vacas y este año aumenta a 150, le damos un descuento, eso sí ayudaría mucho”.