Empresarios agropecuarios del departamento sostienen que los atentados en la vía Panamericana van a seguir ocurriendo, por lo que demandan más vigilancia del Ejército para comercializar con tranquilidad sus productos.

El más reciente atentado terrorista perpetrado por las Farc, que tuvo lugar el pasado lunes en el kilómetro 66 de la vía Panamericana que conecta a Cali y Popayán, tiene restringida la movilización de vehículos entre Santander de Quilichao y Mondomo, Cauca. El hecho prendió las alarmas entre los productores agropecuarios del sur del país, quienes piden más presencia de la Fuerza Pública en el único eje vial que los conecta con otras regiones, pues aseguran que este tipo de situaciones perjudican seriamente sus ingresos económicos. (Lea: Paro agrario: es tensa la situación en el sur del país)

Voces cercanas a este diario aseguraron que además de la presencia de guerrilla, la vía se volvió muy insegura en horas de la noche, ya que grupos de delincuencia común se dedican a atracar buses en varios puntos de la carretera, atemorizando a sus transeúntes.

Una de las fuentes con las que se comunicó CONtexto Ganadero y que prefirió no dar su nombre por seguridad, aseguró que se nota que el Gobierno descuidó el orden público y la seguridad en las carreteras, especialmente en el Cauca, situación que afecta a un departamento entero como lo es Nariño, ya que la única vía que existe para movilizarse y de acceso es la Panamericana. (Lea: En Nariño la situación es crítica por cuenta del paro)

“Uno ve mucha apatía por parte del Ejecutivo, el presidente no se pronuncia, ni el Ministro del Interior que es caucano ha dicho algo al respecto, entonces el panorama es oscuro, porque creemos que estas acciones terroristas van a seguir ocurriendo”, reseñó una de las personas consultadas quien amplió y sostuvo que no existe un plan de contingencia por parte de las Gobernaciones ni el Alto Gobierno para contrarrestar estos hechos.

Ante estas acciones criminales, el precandidato presidencial por el Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, durante un recorrido que hizo por la zona del atentado, calificó el hueco que dejó el artefacto explosivo como ‘el cráter de la infamia’, y le reiteró a Santos su petición de finalizar con los diálogos que se llevan a cabo en La Habana con las Farc. (Lea: Zuluaga presenta a Santos "el cráter de la infamia" en vía Panamericana)

"Presidente Santos: ¿qué más tenemos que esperar los colombianos para que asuma su responsabilidad y suspenda esas humillantes negociaciones de paz, que no conducen a nada mientras las Farc siembran de terror el país?", se preguntó el candidato presidencial.

Este diario habló con un productor de la región, quien señaló que cualquier percance que se presenta en la vía Panamericana bien sea un paro, bloqueos por derrumbes o una situación de orden público, frena todas las posibilidades de sacar los productos que se producen en el departamento de Nariño, problema derivado también depor la carencia de carreteras que tienen ambos departamentos. (Lea: Indígenas de Cauca protestaron y bloquearon Vía Panamericana)

“Hay una carretera que va de Pasto a Mocoa, pero es un acceso destapado, y en el que no se permite el tránsito de vehículos de carga pesada; mientras que en Popayán existen unos accesos que van hacia el Huila, pero hay zonas de difícil orden público, entonces no es como en otras regiones del país que si se cierra una carretera, existe otra, así sea más larga, pero cuenta con las garantías para transportar cualquier clase de productos”, expuso el productor que también se abstuvo de dar su nombre por razones de seguridad.

Las 2 fuentes coincidieron en que la delincuencia común también los tiene azotados, lo que genera zozobra y temor a la hora de emprender viajes en horas de la noche. La zona entre Mojarras, Cauca y Remolino, Nariño; y entre Remolino y El Tablón, se prestan para el accionar de criminales, quienes detienen los buses intermunicipales o vehículos particulares para atracarlos. (Lea: Indígenas mantienen bloqueadas vías en el Cauca)

Tres días durarán las obras de reparación de la vía, tiempo durante el cual los productores deben idearse la manera de no perder su trabajo, especialmente porque como ellos mismos lo saben, este no será el último atentado que sufra la vía.