Este fenómeno no solo representa una amenaza para la biodiversidad y los ecosistemas locales, sino que también tiene implicaciones significativas paras las comunidades que dependen de la tierra para su sustento.

La Guajira y El Cesar son regiones conocidas por su clima árido y semiárido. Sin embargo, en los últimos años, el verano ha sido particularmente intenso, con temperaturas que superan con creces los promedios históricos. Esta situación se ve agravada por la falta de lluvias, lo que ha generado condiciones se sequía extrema en la región.

Uno de los efectos más visibles de este verano intenso es el aumento de los incendios forestales en las fincas de la zona.

Eudes Antonio Garzón, profesional en región, asegura que “el verano nos tiene azotados. Hemos tenido incendios en algunas veredas del municipio del Copey y Bosconia. Estos incendios han sido en zonas montañosas, por lo tanto, las acciones de mitigación del fuego son bastantes complicadas”.

De acuerdo al profesional, existen fincas de pequeños productores con menos de 20 cabezas de ganado que se han quemado por completo, obligando a los ganaderos a movilizar los bovinos de forma rápida y desesperada.

“Aunque no han tenido pérdidas de animales, claramente si se ha afectado la alimentación de los mismos”, menciona Garzón. (Lea en CONtexto ganadero: Por qué los bovinos necesitan mantener su temperatura en verano)

Además, como consecuencia de la prolongada sequía que están viviendo los departamentos de La Guajira y el Cesar, todas las fincas del proyecto local están teniendo afectaciones en todas las escalas.

Según Garzón, “hemos encontrado ganado con condición corporal reducida y algunos casos muy extremos de caquexia. Esto ha generado que la producción de leche se haya reducido de un 30 a un 40% en toda la zona”.

Dicha situación ha generado que los ganaderos estén un poco desaminados con el negocio, debido a que el dinamismo del mercado se ve afectado por este tipo de inconvenientes.

Sin embargo, “entendemos que así como en los tiempos de pandemia, el campo no para, y esa responsabilidad de proveer a los centros poblados de alimentos e insumos de primera necesidad nos ata a la tradición, a la costumbre y a lo que mejor se sabe hacer, hacerle frente a la adversidad”, describe Garzón.

Para mitigar esta situación, los ganaderos consideran que es necesario tomar medidas urgentes, lo cual incluye la implementación de programas de prevención de incendios, la capacitación de las comunidades en prácticas agrícolas sostenibles y el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana para detectar y combatir los incendios de manera oportuna. (Lea en CONtexto ganadero: Desafíos y previsiones en el campo del Cesar durante el verano)