La ola de calor que atraviesa el país ha afectado a los productores de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Al mismo tiempo y de forma contradictoria, las heladas son otro dolor de cabeza para ellos. El factor económico también es fuente de preocupaciones. CONtexto ganadero consultó a Ernesto González Cely, profesional en Chiquinquirá de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, administrado por la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y encontró las 5 dificultades más graves por las que atraviesan los productores de esta zona, por cuenta del verano. Los incendios forestales Los efectos de los incendios son devastadores para todas las poblaciones, incluyendo a los ganaderos, pero afectan sobre todo las fuentes hídricas. Cuando los árboles se destruyen por esta causa, no hay nada que retenga las pocas correntías de agua. Por cuenta de la ausencia de árboles, la cantidad de agua se disminuye, y los animales de la finca no reciben buen suministro del líquido. Los árboles también son los responsables de sostener la tierra con sus raíces para evitar los derrumbes. El reciente incendio en Nobsa, Boyacá, que lleva 7 días y está controlado en un 95 %, es un claro ejemplo de que este flagelo es un peligro constante para los productores de la zona. (Lea: Intensidad del verano ya afectó más de 2 millones de hectáreas) Las heladas Según el profesional de Boyacá, las heladas ocasionan la quema de pasturas. “El alto nivel de nitrógeno presente en las heladas hace que el pasto que empieza a crecer y el que está maduro se quemen, por lo que la oferta forrajera no será la mejor”, indicó González. La concentración de nitrógeno puede llegar a provocar intoxicaciones en los semovientes que comen el forraje, por el exceso del elemento en los suelos. (Lea: Producción de papa disminuye un 20 % por heladas y sequía) Por el contrario, hay una situación favorable, y es que los suelos presenta composiciones de nitratos y nitritos, que contribuyen con el crecimiento de las plantas, pues el nitrógeno es elemento esencial para la fotosíntesis. “Es uno de los elementos más importantes para ver el crecimiento del pasto, pero solamente se verán los beneficios tan pronto caiga agua”, agregó el profesional Deterioro de los pastos Tanto los incendios como las heladas contribuyen a la desaparición de los forrajes. Si ellos, las reses no disponen de alimento diario y se debe acudir a suplementos que encarecen los costos de producción. Bajo precio de la leche Este es el aspecto más importante, junto con el alto costo de los insumos. En la región donde trabaja González, el precio del litro de leche fría oscila entre $920 y $1000, en promedio. Así mismo, el litro caliente puede estar en $600 en los sitios lejanos, y en el mejor de los casos, a $850 a $900. (Lea: Ganaderos reciben valor similar al de hace 10 años por el litro de leche) “No nos pagan un precio equitativo, y eso limita las entradas de producción y que no se hagan inversiones que permitan ser sostenibles y competitivos a través del tiempo”, anotó con preocupación el funcionario. Alto costo de insumos El mayor reclamo que hacen los ganaderos de la región es el alto costo de los productos comparado con el bajo precio que reciben por la leche. El profesional coincidió con esa posición: “Mientras que los insumos sean costosos y el precio de la leche continúe bajo, pues el ganadero va a sentir el detrimento en su productividad, y en consecuencia, no se van a poder hacer inversiones que permitan el mejoramiento”. Es por eso que pide una canasta de insumos moderada, que tenga un precio adecuado con lo que se le paga al productor, para hacer de la producción más sostenible.