Este es un proceso que tiene como finalidad mejorar las condiciones físico-químicas del suelo, con el objetivo de conseguir un ambiente adecuado para el desarrollo de un cultivo o una pastura con la disponibilidad suficiente de nutrientes. Lo ideal es lograr que el suelo se mantenga equilibrado, aireado, permeable y con alta capacidad de retención de agua para que de esta manera se logre un mejor desarrollo de las raíces de los pastos y de la planta en general. De acuerdo con Henry Mateus Echeverría, ingeniero agrólogo, especialista en pastos de trópico y asesor técnico, el suelo es un factor importante en cualquier sistema de producción agropecuario, incluyendo el ganadero. “En el caso del sector pecuario, el suelo es el primer eslabón para poder tener una pradera en buenas condiciones y con los requerimientos necesarios para que al momento de que el animal la consuma sea de gran beneficio y se refleje en ganancia de carne o en producción de leche”, explicó. (Lea: La lista de pastos tolerantes a los diferentes tipos de suelos) Con base en la información expuesta por diferentes expertos, presentamos los 3 pasos para hacer una adecuada corrección de suelo. Análisis físico – químico Según Laudy Pérez Ovalle, profesional de Proyectos Estratégicos del Fondo Nacional del Ganado, FNG en el sur del Santander, para hacer un estudio o análisis del suelo, se requiere una muestra representativa del mismo, la cual se debe llevar a un laboratorio y así de esta manera poder determinar la cantidad de nutrientes y pH que contiene. Mateus Echeverría expuso que la pastura es el reflejo de la calidad del suelo y el manejo que se le dé y que el terreno tiene una gama de propiedades físicas y químicas que todo ganadero o productor debe conocer. Indicó que las características físicas permiten conocer si hay algún impedimento o limitante para un buen desarrollo del sistema radicular y de la pastura, como por ejemplo la compactación o la capacidad de infiltración o no de agua. También dijo que el color del suelo refleja qué tan rico es en materia orgánica. Anotó que los suelos de colores oscuros por lo general tienen un mayor contenido de este componente y los claros no. (Lea: Los ganaderos están llamados a evitar la contaminación de pastos) Por otro lado, con el análisis se conoce la parte química del suelo y con esto se corrobora que nutrientes tiene y si están disponibles para las plantas o no. El elemento que regula estos elementos es el pH. Correcciones o enmiendas La utilización de enmiendas tiene como objetivo realizar una corrección del pH (de la acidez o basicidad) y una disminución o neutralización del aluminio (o del sodio). El ingeniero agrólogo señaló que partiendo de los análisis químicos del laboratorio, el ganadero puede saber qué pH tiene el suelo. Si este es ácido es necesario aplicar ciertas enmiendas para corregir esa acidez, como la cal, que se debe usar según el tipo, la cantidad y el momento correcto. Balance de nutrientes El experto manifestó que una vez corregido el pH, es importante hacer un balance de otros nutrientes que también son importantes para el suelo. “Si hace falta nitrógeno, que es vital para la formación de la hoja y para la calidad del pasto se puede aplicar más materia orgánica y si hay poco fósforo, que ayuda a la formación del sistema radicular o magnesio que sirve para formar la clorofila, se deben usar productos para aumentar la presencia de estos elementos”, puntualizó. (Lea: Corpoica supera la muestra de suelos número 1.000) Los productos que se utilicen para realizar la corrección de las deficiencias de estos terrenos pueden ser incorporados al suelo o aplicados a la superficie, para esto se recomienda la asesoría y el acompañamiento de un experto en el tema.