Un predio de Boyacá que servía para que los ganaderos de la región conocieran teórica y prácticamente los aspectos relacionados con las Buenas Prácticas Ganaderas sufrió las consecuencias de la inseguridad.
En la vereda de Charquirá, ubicada en el municipio boyacense de Carmen de Carupa, se programó la realización de una Escuela de Campo que pretendía explicarles a los ganaderos de la región todo lo concerniente a las Buenas Prácticas Ganaderas, BPG.
El evento, que comenzó a realizarse el día 18 de marzo, no logró terminarse como se tenía planeado debido a un caso de hurto que se presentó en la finca donde se desarrollaba el curso teórico práctico. (Lea: Inseguridad preocupa a ganaderos de varias regiones del país)
Ernesto González Cely, profesional en Gestión Productiva y Salud Animal de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y quien coordinaba la Escuela de Campo, narró los hechos que acontecieron en esta zona del país.
“El primer día del evento, que contó con la participación de 55 ganaderos de las veredas Charquirá y Hatico de Eneas, terminó satisfactoriamente y con ánimo por parte de todos los participantes y organizadores, con la expectativa de iniciar el día siguiente con la misma disposición”, aseguró González Cely.
El problema llegó en la mañana del siguiente día cuando el propietario de la finca, Milciades Robayo, le informó al funcionario de Fedegán que en la noche anterior varios enseres le fueron hurtados de la finca.
“El equipo de ordeño, cantinas, motobomba, botiquín y el equipo de inseminación situación fue lo que se llevaron. Esto obligó a no realizar la segunda sesión del evento. Sin embargo, los asistentes se presentaron en la finca y, con la presencia de la Sijin y la Policía nacional, se llevó a cabo una charla de sensibilización para dar con indicios del hurto”, continuó Ernesto González.
Milciades Robayo le contó a CONtexto Ganadero que los objetos robados están avaluados en aproximadamente $12 millones, lo que afecta al predio vacuno pues no solo se pierde productividad sino que es necesaria una reinversión en los equipos. (Lea: Inseguridad golpea a ganaderos y palmicultores)
“Este hurto generó dos cambios en mi vida: uno de producción y otro de seguridad. El primero afecta demasiado en el ordeño del ganado, porque ahora es más demorado. El segundo, porque ya no se puede dormir bien porque uno está pensando en cuándo se le van a volver a entrar”, aseveró Robayo.
Hasta el momento las autoridades no han dado ninguna información sobre el paradero de los maleantes o de los objetos hurtados, por lo que el dueño del predio pide celeridad con la investigación y ayuda para volver a recobrar sus objetos, pero sobre todo su tranquilidad.