El propósito de este ambicioso y transformador plan es llegar a las comunidades rurales de Puerto Triunfo, Antioquia, con la instalación de ocho nuevos biodigestores, lo cual representa un paso significativo hacia la integración de los impactos ambientales y la promoción de prácticas sostenibles. (Lea en CONtexto ganadero: Biodigestores porcinos, un aporte al mejoramiento del medio ambiente)
El principal objetivo de los biodigestores es reducir el impacto ambiental del estiércol -en esta caso de la porcicultura-, especialmente en los afluentes hídricos locales. Estos dispositivos convierten los residuos orgánicos, como las excretas de cerdo, en biogás mediante un proceso de fermentación controlada.
Este biogás es una fuente de energía limpia y renovables que puede ser utilizada para la cocción de alimentos, reduciendo así la dependencia de la madera y el gas licuado con petróleo (GLP).
El uso de biogás no solo disminuye la deforestación y la contaminación del agua, sino que también reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la adopción de tecnologías como biodigestores puede ayudar al sector ganadero mundial a reducir su promoción de gases causantes del calentamiento global hasta en un 30%.
La implementación de biodigestores trae consigo múltiples beneficios económicos y sociales. Cada sistema tiene la capacidad de proporcionar suficiente biogás para una familia promedio de cuatro personas, lo que representa un ahorro mensual superior a los 120.000 en la compra de pipetas de gas y la logística asociada al corte y quema de madera.
Esto se traduce en una mejora significativa en la calidad de vida de las familias, permitiéndoles destinar esos recursos a otras necesidades básicas.
Adicionalmente, la disminución del uso de leña reduce el riesgo de enfermedades respiratorias causadas por la inhalación de humo en espacios cerrados. Esto es especialmente relevante en zonas rurales donde el acceso a servicios de salud puede ser limitado.
Desde el principio del proyecto, la comunidad local ha jugado un papel fundamental. El municipio de Puerto Triunfo ha sido aliado estratégico en la identificación y caracterización de las familias beneficiarias. Cada instalación de biodigestores ha sido acompañada de capacitaciones técnicas y un seguimiento continuo por parte de expertos para asegurar el éxito y la sostenibilidad a largo plazo del proyecto.
De acuerdo con la empresa ALIÓN, un proyecto de biodigestores es un claro ejemplo de economía circular en acción. Al transformar los residuos de la porcicultura en biogás, se cierra el ciclo de los desechos orgánicos, convirtiendo un problema ambiental en una solución energética sostenible.
Este enfoque no solo contribuye a la protección del medio ambiente, sino que también fortalece la economía local y mejora la calidad de vida de las comunidades rurales. (Lea en CONtexto ganadero: Biodigestores comienzan a tomar fuerza en Colombia)