Una vez más la reforma laboral vuelve a estar a la orden del día, por cuanto el gobierno espera dejar aprobada, al menos la ponencia antes del receso de la actual legislatura.
Ante ello, vuelven a oírse las voces de alerta por los efectos nocivos de dicha reforma, tanto para la parte urbana como para la rural y el riesgo que se corre que el Congreso la apruebe sin mayor análisis y debate.
El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, manifestó que como está la ponencia va a ser peor el remedio que la enfermedad porque le han metido una cantidad de arandelas que lo que va a hacer es aumentar la informalidad laboral en el campo.
“Esperamos que se hagan las audiencias públicas y se dé una conversación con franqueza y que no metan el acelerador por meterlo antes de salir a vacaciones porque hay que actuar con total responsabilidad frente a los colombianos que están en la formalidad, pero también quienes tiene ese legítimo deseo de poder hacer parte de la formalidad laboral”, afirmó el directivo.
Sostuvo que en el capítulo del contrato agropecuario para el campo se prohíbe la tercerización; no se ha tomado en cuenta la realidad de las actividades agropecuarias y es que hay trabajadores que por la mañana están en una finca y por la tarde en otra y por eso se debería permitir contratar y pagar por el tiempo efectivamente laborado. (Lea en CONtexto ganadero: Reforma laboral 2.0 no trae grandes cambios ni consulta a comerciantes y empresarios)
Añadió que en la mesa de concertación para el aumento salarial, las centrales obreras salen a decir que no les gustó la productividad total de los factores porque fue negativa, pero les encanta la que fue positiva que es la productividad de trabajador por hora, entonces si eso es así por qué se oponen a que haya una contratación por horas en Colombia, planteó Bedoya.
Además, dijo, cómo es posible que si la Constitución protege el libre derecho a la asociación, en la reforma laboral se prohíban los pactos colectivos y a eso se suma que se están reduciendo los umbrales para este tema, las mayorías para extender los beneficios de las convenciones colectivas y las votaciones de las huelgas.
Por todo ello se debe tener un debate serio, mesurado y técnico porque reformas laborales no se hacen todos los años y hay un mercado laboral de 20 millones de trabajadores de los cuales la mitad están en la informalidad, expresó.
Más democracia
Para el presidente de la SAC, los ponentes y el gobierno oyen, pero no escuchan a los gremios y a las partes interesadas que no están de acuerdo con el proyecto. Se ha hablado con los gremios, pero no incorporan ninguno de los cambios propuestos.
Por eso consideró importante que el presidente de la república y la ministra de trabajo tengan en cuenta lo que puede generar para el mercado laboral colombiano la reforma, tal como está la ponencia. (Lea en CONtexto ganadero: Reforma laboral del gobierno sigue inquietando a empresarios y comerciantes)
Recordó que las propuestas que hacen los gremios es con un fundamento técnico y esto no es de negociar algunas cosas sí y otras no. “Si va a haber una reforma laboral realmente debe contribuir a reducir esa tasa de informalidad que es una vergüenza para el país: 50 % para el país y 86 % para el campo”.
En tal sentido mencionó que la semana anterior se envió una carta de tres páginas a los ponentes de la reforma con una serie de propuestas, aunque el documento es más extenso porque trae toda la sustentación del caso, sin embargo, por ahora no se dará a conocer.
Lo que sí anticipó es que contiene propuestas específicas sobre relaciones individuales y colectivas de trabajo, así como aspectos fundamentales de la reforma.
Afirmó que “ese cuentico que le echan a uno que es que un primer debate no se le niega a nadie, que nos arreglamos en la plenaria de la Cámara, eso no tiene ningún sentido. Aquí los congresistas tienen una responsabilidad histórica”.