El diálogo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla Farc, que se reinician el martes en Cuba, se acelerarán, según expertos, tras la reelección del presidente Juan Manuel Santos y ante presiones de quienes lo apoyaron en la carrera electoral.
Tras más de un mes de pausa por las presidenciales del 15 de junio, la mesa de negociación abordará a partir del martes los tres temas pendientes de la agenda de seis puntos: la reparación de las víctimas, el abandono de las armas y el método para refrendar los acuerdos.
Según expertos, esta etapa estará marcada por el interés de Santos en "acelerar" la firma de un acuerdo para poder adelantar reformas políticas que le exigen los partidos de izquierda sin afectar la negociación, y evitar que el ambiente electoral de los comicios locales de octubre de 2015 perturbe el proceso de paz. (Lea: Santos pide "juego limpio" a las Farc)
"Va a haber un mayor impulso e interés del Gobierno en que los diálogos se aceleren, pues éste quiere que el proceso de paz termine antes del mes de octubre y se refrende con tranquilidad antes de marzo de 2015 para que no se contamine por el ambiente electoral", aseguró a la AFP el politólogo Fernando Giraldo.
Este profesor de la Universidad Javeriana estimó además que "el Gobierno está presionado por la izquierda, que le ayudó a ganar la reelección para que adelante
rápidamente reformas políticas, que si se producen antes del fin del proceso de paz podrían incomodar a las Farc, sobre todo si tocan puntos ya acordados en La Habana sobre la participación política" de los rebeldes.
Giraldo dijo que la izquierda, que optó por la reelección de Santos precisamente para impulsar los diálogos de paz, le presiona sobre todo para que reforme los sistemas judicial y electoral, ambos clave para las Farc y para el fin del conflicto armado de 50 años.
Oportunidades y riesgos
Los diálogos de paz entre el Gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, comunistas) arrancaron en noviembre de 2012 y hasta ahora han alcanzado acuerdos parciales sobre el tema agrario, la participación política de los desmovilizados y el narcotráfico. (Lea: Santos, La Habana y su encrucijada)
Los temas pendientes en torno a las víctimas y el desarme es "posible resolverlos en el curso de esta negociación, que está avanzada y se muestra sólida. Más difícil era llegar a los acuerdos anteriores", aseguró el director del Centro de Recursos para el análisis de Conflictos, CERAC, Jorge Restrepo.
Restrepo estimó así "una negociación muy rápida" a partir del martes, en vista de que se ha consolidado la credibilidad de los equipos negociadores e incluso porque la "oposición de derecha radical encabezada por (el expresidente Álvaro) Uribe se dará ahora desde el Congreso, y al canalizarse por un organismo institucional, desaparecerá en parte el ruido dañino que se hacía a través de los medios de comunicación".
Uribe, primer expresidente colombiano en ser elegido senador, asumirá su banca el 20 de julio y se espera que desde el Congreso lidere la oposición a los diálogos de paz con las Farc, que considera traerán impunidad para los guerrilleros.
Tras la victoria de Santos frente al candidato uribista Óscar Iván Zuluaga, la confianza de la opinión pública de que los diálogos de La Habana resulten en la firma de la paz se disparó de 42 % en mayo a 64 % a principios de julio, según un sondeo del Centro Nacional de Consultoría.
A pesar del optimismo, los expertos destacaron que aún existen factores que podrían poner en riesgo un acuerdo de paz.
Al respecto, Restrepo apuntó que "si subsiste la demanda de las Farc de una Asamblea Constituyente para sellar los acuerdos, existiría el riesgo de que se rompa completamente con el diálogo".
Por su parte, Giraldo consideró que el mayor peligro subyace en que "la paz se enrede con la campaña electoral, porque eso podría llevar a la derrota de los acuerdos con las Farc en un referendo y esa derrota arrastrar a su vez a las elecciones locales a favor del uribismo y los factores más radicales". (Lea: Santos dice que no buscará la paz "a cualquier precio")
Según ha insistido el Gobierno, los acuerdos de paz que se alcancen con las Farc serán sometidos al voto popular antes de ser adoptados.