Ante el anuncio hecho por la Corte Constitucional de que podría volverse a usar dicha sustancia para erradicar los cultivos ilícitos, los productores tienen posturas diversas pues aunque les preocupa el crecimiento de la hoja de coca, saben los efectos que el químico genera sobre el medio ambiente. Un reciente fallo de la Corte Constitucional de Colombia abrió las puertas para que en el país se vuelva a utilizar glifosato para combatir los cultivos ilícitos. En el texto se plantearon las condiciones para que el tóxico pueda usarse en el territorio nacional. (Lea: Fumigaciones con glifosato generan abortos en los bovinos) Entre ellas, le ordenó al Gobierno Nacional y a las entidades que determine el Consejo Nacional de Estupefacientes, “establecer el grado de afectación que el Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante Aspersión Aérea con Glifosato, PECIG, mientras estuvo vigente, causó en la integridad física, cultural, social y económica de dichas comunidades”, dice la sentencia. Otra de las condiciones para que se reanuden las aspersiones aéreas con este herbicida ese que haya una investigación científica “con condiciones de rigor, calidad e imparcialidad” sobre el riesgo que plantea el uso de esta sustancia. Aunque la Corte pida que la decisión de reanudar las aspersiones con glifosato basados en evidencia objetiva y concluyente que demuestre ausencia de daño para la salud y el medio ambiente, el Gobierno Nacional ya ha mostrado evidencia científica de los daños que provoca este herbicida. Ante esa posibilidad, los productores ubicados en las zonas en donde hay un crecimiento de las áreas sembradas con hoja de coca manifestaron su postura, uno apoyo la fumigación mientras que otro la rechazó. (Lea: El llamado de los gremios a propósito de la prohibición de usar glifosato) Para Andrés Hoyos Arenas, presidente del Comité de Ganaderos de Norte de Santander, Coganor, indicó que si bien los efectos que genera el químico generan perjuicio sobre las explotaciones agrícolas y pecuarias, es necesario hacerle frente al incremento que vienen teniendo los cultivos ilícitos, pues no solo generan un problema social sino que afectan la seguridad del país. A su juicio es más sencillo corregir los efectos que el glifosato genera sobre el ambiente, que continuar con la erradicación sin utilizar dicho producto. “Si el Gobierno no adelanta un programa eficaz contra la hoja de coca, el problema social será más grave de lo que es ahora. Por eso creo que es prioritario reactivar la fumigación con glifosato”, apuntó. No obstante, Eudoro Bravo Rueda, director ejecutivo de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos de Nariño, Sagán, rechazó la posibilidad de que vuelva a usarse la técnica de aspersión aérea del tóxico, pues el daño ambiental que genera es evidente. El dirigente destacó lo que se viene haciendo en materia de erradicación manual. (Lea: Fumigaciones con glifosato, afectan a productores en Putumayo) “En el departamento viene dando buenos resultados ese método, por lo que sería desacertado volver a implementar el uso del glifosato, más cuando ya se conocen todos los efectos negativos que genera en humanos, el medio ambiente y animales”, argumentó. Por ahora el debate sigue abierto y será el Estado el que decidirá si reactiva o no el uso del químico para combatir la ‘mata que mata’.