El jueves 12 de septiembre, desde las 9:00am, se abrió la mesa en el Centro de Convenciones de Compensar, en Bogotá, donde participa el Gobierno Nacional, alcaldes, gobernadores, campesinos, académicos, gremios y analistas, entre otros.
Una de las grandes conclusiones que dejó el paro nacional agrario, que a la fecha no termina de apagarse, es la necesidad de diseñar una verdadera política agraria de Estado con el propósito de superar los problemas estructurales que hay en el campo colombiano. (Lea: Se levanta paro agrario en Boyacá, Cundinamarca, Huila y Nariño)
Consciente de esta problemática, el presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, anunció el Gran Pacto Agrario, un acuerdo donde alcaldes, gobernadores, campesinos, académicos, gremios y analistas, entre otros, están reunidos desde las 9:00am de este jueves, con el objetivo de darle un giro de 180° a la política agraria que tiene el país.
El documento que resulte de esta reunión, establecerá compromisos, tareas, deberes, derechos, responsabilidades y acciones a seguir bajo parámetros incluyentes, integrales y de sostenibilidad para convertir al agro colombiano en un modelo competitivo de producción en el que participen pequeños, medianos y grandes productores agrícolas y bovinos de todas las regiones del país.
Las soluciones que se plantean en el centro de convenciones de Compensar, lugar de la reunión, pasan por temas complejos, como: reforma agraria, equilibrio social, investigación y transferencia de tecnología, acceso a crédito de bajo costo, oportunidades para garantizar el relevo generacional, condiciones que permitan mejorar la competitividad e impulso a la producción asociativa.
Asimismo, se buscarán soluciones para temas como: agricultura por contrato, alianzas entre grandes y pequeños productores, soluciones con enfoque regional, acortar la cadena de intermediación en el mercado de insumos, mecanismos para garantizar precios justos y acceso a mercados, apoyo a la construcción de infraestructura de almacenamiento y preservar el medio ambiente y mantener la sostenibilidad.
¿Para qué este Pacto Agrario?
Ante esta iniciativa que busca darle una nueva dirección al sector rural, azotado por la informalidad en la tenencia de las tierras, por los altos niveles de desempleo y la pobreza, por el mal estado de las vías y, ahora también, por el recorte de la tercera parte del presupuesto del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, varias posiciones dejan claro por qué es importante esta reunión para el sector rural colombiano.
José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, aseguró que la necesidad de este Gran Pacto Agrario era ya una consecuencia de varios eventos: los diálogos de paz, el reciente paro y el amplio apoyo que recibió incluso entre la ciudadanía urbana.
“El objetivo esencial de esta reunión, debe ser uno: reducir la brecha rural-urbana que era ya elevada hace dos décadas pero que se ha agudizado sobre todo en materia de ingresos. En resumidas cuentas, se necesita inversión social e infraestructura, así como estructura institucional del Estado. Para ellos, se debe mirar de nuevo la política y las instituciones agrarias debilitadas hoy en casi todos los campos”, agregó Ocampo. (Lea: Productores de Antioquia definen propuestas para Pacto por el Agro)
El también docente en la Universidad de Columbia, en EE.UU., afirmó que se debe mirar la política macroeconómica y de comercio exterior, porque el sector agrario ha sido una de las principales víctimas de la mezcla venenosa de revaluación con Tratados de Libre Comercio, TLC, cuyo resultado es que un país con vocación agrícola ha dejado de tener un excedente comercial en ese sector.
A su vez, Cecilia López Montaño, exministra de Agricultura, fue enfática al afirmar que este Pacto es “fundamental para determinar los elementos de una política rural en Colombia. Lo grave es que se quede solamente en una reunión. Lo importante, entonces, es ver cómo se pasa de ese discurso a los hechos”.
Por su parte, José Félix Lafaurie Rivera, director ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, y quien fue invitado por Juan Manuel Santos a la primera sesión del Gran Pacto Agrario, resalto, en su más reciente columna, para CONtexto Ganadero el esfuerzo que el gremio bovino y los productores vacunos han realizado a través de los años.
“Hicimos el ejercicio de medir las graves asimetrías en producción, procesamiento y distribución en las cadenas cárnica y láctea, exacerbadas ahora por los TLC. La problemática y sus soluciones quedaron planteadas en los Conpes 3375 y 3376 de 2005, el Decreto 616 de 2006 y fueron actualizados en el Conpes 3676 de 2010 y en un proyecto de ley que entregamos al presidente, para la reconversión productiva del sector. Demandas que apenas fueron escuchadas con la llegada de Francisco Estupiñán al MinAgricultura y que podrían tener una salida más expedita desde el ‘Gran Pacto Nacional por el Agro y el Desarrollo Rural’”, añadió Lafaurie Rivera.
Asimismo, el líder gremial concluyó que se necesita construir sobre la improvisación canales de interlocución oficiales del lado del Gobierno y los campesinos, para que no se diga que en esa mesa del 12 de septiembre no están todos los que son, ni son todos los que están. (Lea: 12 de septiembre, día clave para el agro colombiano)
Por su parte, Martha Lucia Ramírez, exministra de Defensa, aseveró que la reunión que se llevará a cabo este jueves 12 de septiembre, no es otra cosa que la demostración de la incompetencia del Gobierno que en tres años no diseñó una política de desarrollo agrícola y rural indispensable para la seguridad alimentaria del país.
“Los daños al campesinado y las pérdidas económicas por los paros agrícolas que ha vivido el país este año, no se solucionarán con las 'medidas de choque' acostumbradas por este Gobierno cuando tiene el agua al cuello. El famoso Pacto Agrario no debe ser otra cosa que desarrollar acuerdos de productividad por cadenas agrícolas y agroindustriales que ya se ensayaron con excelentes resultados en la política de Colombia Compite, del Gobierno de Andrés Pastrana”, aseveró la también ex congresista.
En la misma línea, Iván Cepeda, representante a la Cámara por el Polo Democrático, acotó que lo más urgente para Colombia es definir una política de reforma agraria integral que esté en consonancia con los acuerdos negociados en La Habana, en Cuba, y también con las exigencias de los campesinos y pequeños productores. (Lea: Los acuerdos de La Habana y el censo agropecuario)
“Lo que necesitamos es una nueva orientación que permita proteger a nuestros productores del campo de los TLC, evitar la concentración en la tenencia y el uso de la tierra, evitar la extranjerización de la misma y que permita un nuevo horizonte de desarrollo rural. Por eso es necesario el diálogo social, que viene con la paz, para eliminar las causas del conflicto y también para eliminar el conflicto social”, añadió el parlamentario.
Aurelio Suárez, excandidato a la Alcaldía de Bogotá, afirmó que los hechos demuestran que el sector agropecuario está en crisis e hizo hincapié en que el Pacto que propone el presidente Juan Manuel Santos es un pacto a favor de los TLC, la acumulación ilegal de baldíos y la extranjerización de las tierras.
“Colombia no necesita eso. Colombia necesita que se favorezca la producción nacional, que se apliquen los artículos 64 y 65 de la Constitución Nacional que se vienen irrespetando desde hace tiempo”, culminó Suárez.