Si aquí no hay un mecanismo de monitoreo y de verificación, donde está la ONU, la Conferencia Episcopal, y ese mecanismo no actúa para poder identificar las infracciones al cese al fuego, va a ser muy difícil avanzar en el tema de participación, y por consiguiente, “si eso no funciona, y aquí siguen los secuestros y siguen los reclutamientos, yo creo que el tiempo mío está contado” (en la mesa de negociaciones de paz con el Eln).
Así lo indicó el presidente de Fedegán y miembro del equipo negociador del gobierno con el ELN, José Félix Lafaurie, al hacer referencia a su participación en esa mesa de diálogo, en entrevista para el programa +Íntimo y Sin Anestesia, del canal Red Más Noticias.
Dijo que aceptó la invitación del gobierno ha hacer parte de la negociación y ha tratado de contribuir de una manera muy eficaz buscando que las cosas salgan adelante.
Sin embargo, señaló que dialogar no es bueno sino cuando la contraparte está de acuerdo en aceptar la regla del juego de la democracia. Es decir, aceptar que hay una Constitución, que hay unas leyes, que no se pueden violar y, si las viola las instituciones, es decir, la fuerza pública y la justicia terminarán tomando las acciones que la ley les permite.
Señaló que el problema del país ha sido la dialoguitis con los grupos al margen de la ley. “Siempre han creído que tú terminas por resolver los conflictos dialogando. Claro, dialogar es muy importante, pero dialogar para qué... Es decir, si es para lograr realmente unos acuerdos que permitan acabar con estas dinámicas de violencia perfecto. Pero lo que el país finalmente ve es que se ha terminado por demostrar es que entre más se dialoga más violencia. Y fíjese usted de lo que pasó con el acuerdo de paz de Santos, hoy en día Colombia está es una dinámica de violencia no sostenida”. (Lea en CONtexto ganadero: La imposición de condiciones del Eln en el sexto ciclo de la mesa de diálogos de paz)
En 400 municipios no impera ni la Constitución ni la ley
Señaló que una de sus grandes preocupaciones es que en Colombia hay más de 400 municipios donde no impera ni la Constitución ni la ley, sino la voz de un patrón. Citó los casos de Jamundi (Valle), Silvia (Cauca), así como en Nariño y Arauca, por señalar solo algunos en donde la justicia no puede operar, por lo que afirmó que se puede terminar en una fractura de la unidad nacional por cuenta de unos actores armados que ejercen control en el territorio para proteger rentas ilícitas.
No hay voluntad de paz
Sostuvo que no se está viendo voluntad de paz de los grupos armados y citó el caso del ELN con la incorporación de un par de niños a esa guerrilla. “Yo aspiro que el mecanismo de verificación y de monitoreo que pactamos tenga claridad con respecto a esos niños que el ejército acaba de sacar del conflicto, no hayan sido secuestrado por ellos porque evidentemente es una violación al derecho internacional humanitario y al acuerdo que firmaron, porque esos niños son menores. Eso no puede ser. Esto es demasiado serio y el país está exigiendo que haya una respuesta de estos grupos en consonancia con lo que la sociedad colombiana espera”.
A la pregunta sobre por qué se da ese aumento de reclutamientos, extorsiones y secuestros, a pesar de un acuerdo de paz andando, respondió que esos grupos necesitan tener más gente en armas para tener más control territorial y al mismo tiempo para no dejarse ganar los territorios hoy bajo el imperio de sus armas de otros grupos armados.
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¿Este país es serio?
De igual manera expresó que el marco de referencia de los diálogos es la paz total que promueve el presidente y que “ha avanzado mucho más allá de lo que en principio creíamos. Por ejemplo, yo nunca estuve de acuerdo con el cuento que a través de una proposición que Santos lleva al Congreso y terminan por supuestamente elevar al bloque de constitucionalidad el acuerdo que hicieron con la FARC”. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Mesa de diálogo en crisis con el ELN? José Félix Lafaurie habló de los desafíos de la paz en Colombia)
Estaba esculpido en piedra, había que cumplir el acuerdo con la FARC y ahí decía que quien lo suscribía y después terminaba volviendo otra vez a coger las armas, no podía tener un nuevo escenario de diálogo. Pero nuevamente se está hablando con la segunda Marquetalia, entonces la pregunta es ¿este país es serio? Ganamos el plebiscito que dijo no al acuerdo, lo metieron por la puerta atrás al Congreso a través de una proposición y lo aprobaron y lo elevaron al bloque de constitucionalidad y lo llevaron al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
“Yo entendí que el acuerdo de paz con la FARC acababa con la FARC, y resulta que ahora se llama estado mayor central de la FARC, yo creo que el país no es serio. Creo que hay mucha gente que se tiene que estar viendo el espejo, que aplaudió el acuerdo con la FARC, que tiene que estar diciendo qué tontería hicimos”, indicó.
Igualmente manifestó que “lo malo del acuerdo, no fue darle curules —darle impunidad—, lo malo del acuerdo fue haber permitido darle un negocio que nos ha traído todas las tragedias en Colombia como es el narcotráfico. Es decir, el señor Santos arrancó con 42 mil hectáreas y lo dejó en más de 200 mil y el gobierno de Duque lo dejó en 300 mil, que lío tenemos en el país”.
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