De acuerdo con un estudio realizado por el Observatorio de Delitos de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, en el cual se estudió la percepción de la extorsión en el territorio nacional, grupos armados del ELN y las Farc siguen azotando los diferentes departamentos del país. De igual manera, la delincuencia común y las bandas criminales, conocidas popularmente como Bacrim, son también causantes de la zozobra con la que viven los colombianos.
Gracias a la investigación se evidenció que los departamentos de Antioquia, Santander y Meta, y la región Caribe, son las zonas con mayor incremento de casos extorsión en el país.
En la región mencionada, son varios casos los que se presentan a diario, especialmente en el municipio cordobés de Planeta Rica, asegurando que las extorsiones en esta parte del país han aumentado ostensiblemente.
“Semestralmente les están cobrando a los ganaderos $10 mil por animal. Algunos productores sugieren que los trámites de sesiones de armas se realicen en las guarniciones militares de su jurisdicción, como se hacían anteriormente y no en Bogotá, como se debe hacerse ahora, ya que eso les genera incurrir en costos de transporte onerosos. A otros en muchos casos el tema de su avanzada edad y la altura no les es posible viajar”, agregó un funcionario que pidió mantener la reserva de su identidad.
Asimismo, los productores bovinos en Caucasia, Antioquia, aseguran que en esta zona del país indagan cuántas hectáreas tiene la finca, cuántos animales tiene y, de acuerdo a la zona, cobran hasta $20 mil por cabeza al año, pagando la mitad el primer semestre y la otra mitad el segundo semestre. “Se pueden hacer pagos mensuales incluso; lo importante es pagar. Ninguno se atreve a denunciar, solo se comenta entre amigos la situación”, añade uno de los ganaderos.
Pero no son solo estas partes del país las afectadas por este flagelo. Los ganaderos de Tolima, Magdalena Medio, Nariño, Huila y la región de la Orinoquía, viven una crítica situación por las extorsiones que han venido reapareciendo desde hace más de 2 años. (Extorsión y abigeato, un flagelo que azota a la ganadería del país).
En Arauca y Casanare, 2009 y 2010 dejaron una considerable disminución de este fenómeno delictivo. Hoy en día, según se puede apreciar en el informe, en el municipio casanareño de Tauramena, desde 2011 han aumentado considerablemente los casos de este flagelo en esta zona del país.
“Las Farc, el ELN y las Bacrim son los actores armados que incriminan a los productores bovinos del municipio y del departamento. Se necesita mano fuerte con la delincuencia”, informó un habitante de la región.
En Caquetá y en Huila, se presentan casos de extorsión donde incluso los ganaderos han tenido que abandonar sus predios al negarse a pagar las sumas exigidas. Un profesional que habló, pero quien pidió no develar su identidad, confirmó que “nuevamente se presentan restricciones para la movilización en las carreteras del departamento de Caquetá. Se han realizado censos finca a finca con el fin de conocer el número de cabezas por finca y realizar el cobro por cada una de ellas, la extorsión sí ha aumentado”.
Carlos Gustavo Silva Villamil, gerente del Comité de Ganaderos del Tolima, informó que “gracias a la información facilitada por diferentes presidentes de los comités de ganaderos del departamento, se ha podido percibir que en los municipios de cordillera del Tolima, aunque las fuerzas armadas y policiales se encuentran presentes, se sigue presentando la extorsión. Por otro lado, en los municipios de la parte plana se ha incrementado el abigeato de ganado y automotores”. (Gobernador anuncia medidas para contrarrestar extorsión en Valle del Cauca).
En conclusión, queda claro que desde hace 3 años el flagelo de la extorsión volvió a poner en alerta a todos los ganaderos del país. Aunque en Boyacá y en Cundinamarca no se reporten casos concretos entre los productores bovinos, es necesario que las autoridades competentes de seguridad de Colombia trabajen en conjunto con los diferentes comités ganaderos para devolver la paz en los hatos vacunos y no se dañe, de esta forma, la producción láctea y cárnica, y la venta de ganado en pie.