Los paros convocados por los sectores cafetero, papero, cacaotero han sido evaluados como legítimos por tener argumentos de base, ante la crisis que afronta el sector agropecuario en el país.
Las agremiaciones del agro se han unido en manifestaciones desde que comenzó 2013 para exigir al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos Calderón, una política agrícola que se ajuste a los mercados internacionales que incluya planes de incremento para las exportaciones y no el hundimiento de las producciones del país por cuenta de los Tratados de Libre Comercio, TLC, ya acordados con Estados Unidos, Canadá, Nicaragua, Chile, México, Cuba, países de Mercosur, Liechtenstein, Suiza, Noruega, Islandia y Corea del Sur.
El Gobierno ha sido firme con la aprobación de los TLC, sin analizar las consecuencias que han generado en los pequeños, mediados y grandes productores. Por el contrario, tuvo que desembolsar $1 billón durante los paros de los cacaoteros, paperos y cafeteros, que han sufrido pérdidas económicas por el ingreso de productos del exterior, la falta de inversiones, créditos y asesorías técnicas.
De esta forma, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural destinó a la Federación Nacional de Cafeteros $255 mil millones, a los paperos $40 mil millones y a los cacaoteros $24 mil millones. (Lea: Cuánto le han costado al país los paros del agro)
Ese dinero que se inyectó a los sectores productivos es el resguardo de los sectores productivos durante los paros y proviene de los impuestos que cada colombiano paga. A ese costo que representan las manifestaciones en el país, se suma el aprovechamiento de los paros agrícolas por parte de las Farc que alzan sus banderas infiltrándose.
Así lo consideró el exviceministro de Defensa de Colombia Rafael Guarín, quien sotiene que “los paros le cuestan mucho al país, pero hay que ver más a fondo que son una prolongación para las Farc de las negociaciones que se dan en la Habana, Cuba. Constituyen un mecanismo de presión sobre el Gobierno a la sociedad colombiana”.
Guarín añadió que permea la coincidencia entre las movilizaciones legítimas de las políticas públicas en materia agraria, la crisis del sector agropecuario y la pobreza en el campo, hechos que son utilizados por las Farc para ser más visibles.
Alfredo Rangel, analista político y director del Centro Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, explicó por su parte, que hay un telón de fondo en los paros agrícolas que involucran al sector rural. “Su prolongación a lo largo del año se debe al distanciamiento del Gobierno nacional que no escucha a las regiones”, dijo.
El Estado, a su modo de ver, debería definir una política agropecuaria porque pasados 3 años del Gobierno de Santos, no se ha presentado la Ley de Desarrollo Rural que define la transformación de los zonas productivas.
Para Rangel es necesario que el Gobierno “afine sus sentidos” para prevenir los paros que son vías de hecho que se dan como consecuencia de la ausencia gubernamental y de la falta de interlocución entre las partes involucradas. (Lea: Paros y movilizaciones, ¿la única forma para que el Gobierno escuche?)
“Hay desidia, abandono y descuido del Gobierno nacional con el sector agropecuario y esto origina las protestas”, aseveró Rangel.
Además, aseguró que los paros suelen terminar en caos porque las Farc aprovechan los enfrentamientos con la Fuerza Pública para no más que generar un ambiente hostil entre los colombianos.
Para el próximo 19 de agosto está convocado un nuevo paro cafetero en el país, al que han manifestado su interés de unirsevarios sectores productivos e incluiría al gremio de los camioneros.