Un claro ejemplo de ello es el presidente del Senado Roy Barreras quien ha planteado algunas objeciones al proyecto aunque se sigue mostrando como un férreo defensor del gobierno al señalar que “no va a desaparecer el sistema de aseguramiento que hoy tienen 48 millones de colombianos”.
Dijo que está de acuerdo con algunos puntos que plantea la reforma relacionados con el mejoramiento de la atención primaria en salud, la construcción de más centros de atención en las zonas rurales, la dignificación de los trabajadores de la salud y el pago directo a los hospitales, pero hay otros aspectos que sí podrían afectar a los ciudadanos.
Señaló que si bien se necesita una enmienda que mejore la atención de los pacientes,no se puede desmontar el sistema de aseguramiento que hoy tienen millones de colombianos. “No se puede romper abruptamente ni con el sistema de salud que ha sido calificado como el sexto sistema más influyente del mundo, sin que se construya otro sistema”, indicó.
En diálogo con Noticias RCN, el congresista manifestó que no se puede acabar con lo que ya existe y aseguró que le brindará espacio a los gremios para la construcción de los proyectos que se adelantan. (Lea en CONtexto ganadero: Reforma a la salud: Petro oye pero no escucha ni a sus ministros)
“No se puede acabar ningún sistema que funcione sin haber construido su reemplazo, suponiendo que este sea mejor. Y en el tema de la salud, mucho menos porque está en juego las vidas de las familias colombianas. Vamos a trabajar en el Congreso de la mano del Gobierno para que la atención sea mejor”, señaló.
Añadió que “estas reformas deben ser viables, estructurales y sensatas” y pidió que haya un proceso de transición si es que se quiere modificar el modelo que hoy funciona.
Entre las objeciones al proyecto, Barreras expuso que no contempla cómo reducir los tiempos de espera para obtener una cita, que es uno de los grandes reclamos de la ciudadanía. Frente a esto, prometió que se trabajaría en mejorar la calidad del servicio, pero sin desaparecer el sistema de aseguramiento del que gozan 48 millones de colombianos.
Otro de los aspectos en lo que no está de acuerdo con la iniciativa es en desmontar totalmente los sistemas de administración de calidad, de información, y de historias clínicas en línea.
El congresista cuestionó “quién va a atender los pacientes crónicos, a quien va a llamar cada madre de familia si su hijo tiene 42 (grados) de fiebre o si su mamá tiene un dolor abdominal de una apendicitis. Si no hay EPS al otro día, no se puede llamar al puesto de salud que aún no se ha construido, ni al hospital que está quebrado, ni al secretario de Salud de su municipio a ver si le consigue algún cupo en una clínica”. (Lea en CONtexto ganadero: Costo de la reforma a la salud supera los $20 billones)
Concluyó señalando que “los colombianos deben tener la plena certeza de que la reforma a la salud no será un salto al vacío que los dejará sin atención médica”.