PNUD es crítico con el DANE ya que en los censos hechos por esta entidad incluye al campesinado como el resto de la población y no sabe con exactitud cuántos y en qué zonas están. Sin embargo, en el documento elaborado por la entidad determinó que el 31,6 % de la población colombiana es rural y que su desarrollo es inferior comparado a la de los habitantes de las áreas urbanas.
El hecho que el Gobierno no esté elaborando proyectos que beneficien a la población rural afecta notoriamente su productividad. El estudio identificó que de 21,5 millones de hectáreas aptas para actividades agrícolas, solo 4,9 millones son aprovechadas para este fin y que comparado con la ganadería, la diferencia es notoria, pues este sector aprovecha 39,2 millones para mantener el hato.
El panorama para los campesinos es desalentador y es necesaria la intervención directa del Estado en temas como la posesión de tierras, subsidios, créditos y demás situaciones que permitan que la tierra se quede en unas pocas manos.
Esto demuestra que la desigualdad en el país a nivel de tierras llega a niveles altísimos. PNUD señaló que en Colombia el 52,2 del área está en manos del 1,15% de los propietarios o poseedores, mientras que el 78% de ellos tiene apenas el 10,5% del área.