A pesar de la división que por muchos años ha existido entre la Federación Nacional de Cafeteros y Dignidad Cafetera, en estos momentos hay una unión de hecho para rechazar el propósito del gobierno de crear caos y división.

Alonso Suárez, miembro de Dignidad Cafetera de Antioquia, en declaraciones a Caracol, calificó como una de las crisis más graves en la historia de la caficultura en el país, pero “en estos momentos lo que menos se necesita es división y crear una federación alterna como pretende hacer el Gobierno”.

Sostuvo que la Fedecafé tiene algunos errores que se deben corregir, pero ha sido la institución que siempre ha representado a los caficultores del país y “no estamos en condición de entrar a debatir ese tema porque hay temas más importantes como la supervivencia de la caficultura en el país”.

Añadió que “no se sabe cuánto dinero van a invertir en esa reunión, pero hay gente de asociaciones ajenas al café que van a asistir para avalar la renovación de la caficultura en el país, que es lo que más duele y, por eso, Dignidad Cafetera no se hará presente. Es como si Fedegán hace una asamblea y van los cafeteros a definir el futuro de la ganadería en Colombia”.

Por todo eso, se está llamando a un paro que está previsto para el 17 de abril. La decisión se fundamenta en la percepción de que el Gobierno no ha implementado medidas efectivas para ayudar a la recuperación del sector cafetero, ni ha tomado acciones concretas para evitar la liquidación de las cooperativas, proporcionar seguros para las cosechas y otorgar subsidios para los suministros. (Lea en CONtexto ganadero: Alerta entre cafeteros por un posible problema de rentabilidad)

Entre tanto, el vocero de la Unión de Cafeteros, Carlos Arturo López, confirmó que ese grupo tampoco asistirá a la asamblea que está organizando el Gobierno. Sostuvo que junto con Dignidad Cafetera y cafeteros de base del Huila protestarán en varios puntos de Colombia el 17 de abril, para que exigir una mejor política estatal de subsidios para la compra de insumos, ventas de café a futuro, y aranceles a las importaciones que entran al país.

El gremio

Por su parte, el gerente de la Federación, Germán Bahamón, dijo que “nosotros como Federación hemos expresado, en todas las mesas de trabajo, nuestra voluntad de apoyar a todos los cafeteros, a las 552.000 familias cafeteras, aquí no hay latifundio, aquí no hay burguesía, aquí no hay grandes capitales detrás de la caficultura, son 552 mil familias cafeteras que tienen en promedio 1,5 hectáreas”.

Recordó la promesa del Gobierno, en el congreso cafetero del año pasado, donde el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dijo no estar buscando una entidad paralela y “expresó su voluntad de trabajar con nosotros”.

A su vez, el director ejecutivo del Comité de Cafeteros de Antioquia, Álvaro Jaramillo Guzmán, citado por El Colombiano, cree que organizar un evento de tal magnitud y excluir a la Federación, deslegitima la institucionalidad del gremio. “Hay la presunción de que nos quieren hacer a un lado y construir una organización de cafeteros paralela”, lamentó.

Esa idea también es respaldada por Óscar Gutiérrez, vocero de Dignidad Cafetera, quien sostuvo que el presidente Petro pretende consolidar su propio grupo de caficultores para manejar a su gusto el Fondo Nacional del Café. (Lea en CONtexto ganadero: Petro quiere sovietizar la Federación Nacional de Cafeteros)

A su vez, el presidente del Comité de Cafeteros de Caldas, Marcelo Salazar Velázquez, citado por La Patria, reprochó los señalamientos de los que la Federación ha sido objeto desde que Gustavo Petro asumió la Presidencia.

“Desde hace más de un año cuando el gremio cafetero fue forzado por el Gobierno Nacional a hacer cambios en la Gerencia General, y más recientemente cuando el señor presidente Gustavo Petro ha venido señalando en distintos escenarios a la Federación de Cafeteros, de no representar a los más de 540.000 productores”, declaró.

El dirigente gremial destacó el carácter demócrata de la Federación Nacional de Cafeteros, pues señaló que sus dirigentes municipales y departamentales son elegidos por voto directo de los cafeteros cada cuatro años y que los dignatarios eligen a su vez al Comité Directivo o la Junta Directiva de la Federación, haciéndolos representantes directos y legítimos de las bases cafeteras nacionales.

En recientes declaraciones en Córdoba, el 22 de marzo, el presidente Petro arremetió de nuevo contra Fedecafé, al indicar que lo que pasa con ellos “es el ejemplo del robo del café por parte de la oligarquía”. También los señaló como culpables de que el negocio para los campesinos no sea próspero.

Al respecto, Salazar Velásquez sostuvo que es una sorpresa que en un gremio donde cerca del 95 % son pequeños productores y el 5 % restante son medianos se hable de oligarquía. "Los indicadores de pobreza de las zonas cafeteras son muy distintas a las del resto del país. Aquí ha habido progreso, puestos de salud, escuelas, carreteras, restaurantes escolares, acueductos rurales, electrificación, mejoramiento de vivienda y saneamiento básico por la Federación. Por eso no veo de dónde sale el presidente a hablar de oligarquía, cuando es aquí donde se ha construido país desde las bases", insistió.

Entre tanto, la Junta Directiva de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) invitó al Gobierno Nacional a proteger el ejercicio a la libre asociación y el trabajo conjunto con los gremios del sector agropecuario que por décadas han representado a sus productores y que permanentemente han contribuido, con sus propuestas y conocimiento, al desarrollo del sector y a garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos. (Lea en CONtexto ganadero: Estos son los retos de la caficultura en que trabajan unidos gobierno y cafeteros)

“Es esencia de nuestro Estado Social de Derecho, democrático, participativo y pluralista, que la ciudadanía y las organizaciones en las que se articula, puedan intervenir en la construcción de las políticas públicas libremente, y es por esto que la Constitución previó diversas formas de participación social, como que los ciudadanos puedan conformar instituciones que gestionen sus objetivos comunes o los representen en diferentes instancias”.

Frente a las necesidades y preocupaciones que vive la actividad cafetera, el Gobierno debe apoyarse en la legitimidad, representatividad, fortaleza institucional y capacidad de convocatoria de la Federación Nacional de Cafeteros, organización de más de 96 años de existencia, para que las soluciones se construyan a partir del conocimiento y experiencia que tienen esta institución y sus representantes nacionales, departamentales y municipales que pueden ser democráticamente elegidos cada cuatro años por más de 336 mil caficultores habilitados en más de 580 municipios de 20 departamentos de nuestro país.