Casi una década ha pasado desde que se expidió el decreto 616 con el fin de ejercer controles eficientes sobre este tema, sin que hasta el momento se tengan resultados. Es necesario perfeccionar la norma y que las entidades la hagan cumplir.   La informalidad del sector lácteo llegó en 2006 a niveles tan elevados que propició que el Gobierno emitiera el decreto 616 para regular la comercialización de leche cruda. La noticia fue muy bien acogida en su momento.   Sin embargo, con lo que no contaban los productores era con que al poco tiempo sería el propio Gobierno quien empezara a echarse para atrás, argumentando razones válidas pero que contradecían su forma de actuar y las necesidades por las que se había decidido emitir el decreto. (Lea: ¿Es hora de pensar en salvaguardias para el sector lácteo del país?)   Isabela Cuartas Rengifo, consultora que trabajó en su momento en el perfeccionamiento del decreto 616 de 2006, considera que en Colombia se hacen muy buenas normas pero se adolece de una institucionalidad fuerte que las haga cumplir.   “Ha pasado casi una década desde que se dio a conocer el decreto. Lamentablemente el Gobierno empezó a echarse para atrás e instituciones como el ICA y el Invima, encargadas de hacerlo cumplir, tampoco se comprometieron en el trabajo”, dijo.   El decreto reglamenta la comercialización de leche cruda en el país e impide que se le venda al consumidor final si no ha sido higienizada, transformada y empacada, esto para evitarle problemas de salud. (Lea: El país requiere una unidad de investigación y acceso a mercados lácteos)   Según expresó la consultora, “eso permitía que automáticamente la gente se fuera formalizando, la instaba a constituirse como empresa, a que buscara asociarse, trabajara los aspectos sanitarios e hiciera siempre las cosas bien hechas. Además, también aumentaba la cuota de fomento”.   Haciendo una revisión es posible constatar que se fueron haciendo modificaciones hasta llegar al punto de hacerlo inaplicable y aunque se viene trabajando en nuevos cambios, expertos temen que se repita el mismo escenario de inviabilidad.   En CONtexto ganadero consultamos con expertos sobre cuáles consideran deberían ser las medidas que sobre este tema podría tomar el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y entre ellas se destacan el ajuste del decreto de manera que se equilibren sus exigencias y se adapten a la realidad de quienes conforman la cadena láctea. (Lea: MinAgricultura y Fedegán lideran plan para ayudar al sector lácteo)   “Es importante que se garantice la participación permanente y representativa de la industria y de las organizaciones gremiales de ganaderos, pero también que propicie el espacio para organizaciones de acopiadores, procesadores y distribuidores informales de leche, entre otros, solo así el Gobierno podrá definir la gradualidad que requerirá darle cumplimiento a las medidas”, indicó Cuartas Rengifo.   De igual forma, los expertos coinciden en que se requiere fortalecer la institucionalidad pública de manera que se garantice el cumplimiento de la normatividad.   La revisión del decreto 616 de 2006 debería estar concluida para finales de 2015, de manera que se inicie su implementación a partir de enero de 2016.