El escándalo de Odebrecht sigue generando malestar al interior del sector pecuario, pues el préstamo que le hizo el Banco Agrario a la compañía pudo haberse destinado a salvar los frigoríficos, así se hubiera evitado el proceso en el que se encuentra y el fatídico final del Fondo Nacional del Ganado. Paulatinamente el tema va desapareciendo de las portadas de los medios y de los debates radiales, pero el malestar del sector pecuario ante el préstamo desembolsado por el Banco Agrario a Odebrecth y el silencio del ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, no cesa. (Columna: Los contrastes) Iragorri, quien preside la junta del BanAgrario, no asistió a la reunión del día en el que se avaló la decisión de desembolsarse $120 mil millones a la compañía que se encontraba en proceso de disolución, sino que envió a un delegado. Lo que más molesta al sector ganadero, especialmente, es que mientras el banco le dio una mano a una empresa que no tiene nada que ver con el sector agropecuario ni agroindustrial, Friogán, compañía que se encontraba en apuros económicos por cuenta de los retrasos en la aplicación del Decreto 1500 y que actualmente está bajo liquidación judicial, no tuvo la posibilidad de acceder a esos recursos ni con tasas preferenciales similares. Así lo manifestó José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, quien en su más reciente columna de opinión hizo un diagnóstico sobre las mínimas garantías que tenía Odebrecht para acceder a un préstamo y el salvavidas que le dio el Gobierno a pesar de su insolvencia financiera. (Lea: Banco Agrario no presta fácilmente a ganaderos pero sí a Odebrecht) “En ese momento –noviembre de 2015– de total incertidumbre e insolvencia financiera y moral, cuando ningún banco le prestaba por estar en causal de disolución, aparece el Banco Agrario, es decir, el Gobierno, para lanzarle un salvavidas con la plata de los contribuyentes destinada al campo, con dudosas garantías, tasa preferencial y beneplácito del Ministro de Agricultura a través de su delegado, Arturo Dajud”, argumenta el dirigente. Mientras que Friogán, compañía sin inconvenientes por malos manejos, y que se vio afectada por la pérdida de un mercado como el venezolano, empezó a presentar dificultades económicas y sus pasivos crecieron, pero nunca estuvieron por encima de sus activos. Pese a esos inconvenientes, el Banco Agrario nunca le hizo una oferta tan atractiva como si la recibió la multinacional. “Esta empresa del sector agropecuario, importante para la ganadería y controlada por un Fondo cuya Junta era presidida por el ministro de Agricultura, nunca recibió tan generosa oferta del Banco Agrario, que habría solucionado sus problemas con apenas $35 mil 800 millones que se adeudaban de capital a los bancos; lejos de los escandalosos $120 mil millones y con respaldo de activos que alcanzan $250 mil millones a precio de reposición”, detalla el presidente de Fedegán. (Lea: ¡Más campo para todos!) El silencio del ministro Iragorri preocupa al gremio que pide explicaciones sobre las actuaciones del funcionario y las decisiones adoptadas desde la junta directiva del Banco Agrario.