Ante la aprobación por unanimidad en la Cámara de Representantes del proyecto para la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación –CTI–, se enciende una esperanza para solucionar los problemas de financiación de la Investigación y Desarrollo I+D en Colombia. Además de su participación en la audiencia pública previa a este debate, la Universidad de Antioquia, con la representación del vicerrector de Investigación, Sergio Cristancho Marulanda, el apoyo de una comisión de expertos integrada por este funcionario y los profesores Fanor Mondragón y Pablo Patiño, y el apoyo del equipo técnico de esta dependencia, realizó un informe detallado que incluye propuestas para la viabilidad del ministerio con las respectivas garantías de financiación. El equipo interdisciplinario señaló la pertinencia de la creación del ministerio como una dependencia que lidere y coordine la implementación de la política de Ciencia, Tecnología e Innovación –CteI– y las estrategias de fomento a la investigación y la formación de alto nivel en nuestro país. (Lea: Convenio Corpoica-Uniandes: una alianza para el desarrollo del agro) Si bien para que el nuevo ministerio sea una realidad el proyecto de ley debe ser aprobado por el Senado, y que sus particularidades y estructura aún no están definidas, la Universidad enumeró en su informe ciertos componentes básicos que debería tener la cartera, entre los que destaca que su órgano superior tendría que ser el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, instancia que se encargaría de formular una política nacional que integre el Estado con el sector productivo, la comunidad científica y académica y la sociedad. De acuerdo con el informe de la Alma Máter, teniendo en cuenta que las limitaciones y fluctuaciones de la financiación y la falta de gobernanza son las principales falencias de Colciencias (institución creada en 1968 para regular, fomentar y crear condiciones para las organizaciones de conocimiento), se contempla además en la propuesta, la meritocracia, la configuración del Ecosistema, el fortalecimiento y creación de Institutos de Investigación e Innovación, la creación de Universidades de Investigación y la formación y repatriación de recursos humanos como objetivos del nuevo ministerio. “El ministerio permitiría una mayor gobernabilidad, gobernanza y legitimidad. Entre los beneficios positivos que puede traer se pueden mencionar: el direccionamiento y unificación de las políticas de investigación del país; el establecimiento de interlocución directa con otros ministerios para definir las estrategias conjuntas; la interacción directa con la Presidencia y otros ministerios para lograr la asignación presupuestal que se requiere para financiar el SNCTI y la visibilidad internacional de la ciencia y la tecnología colombiana”, señala el informe realizado por el grupo interdisciplinario. (Lea: El alcance de la recién aprobada ley que crea el SNIA) Financiación del Ministerio de CTI “Actualmente en Colombia se está invirtiendo un valor bastante bajo per cápita en Ciencia, Tecnología e Innovación; entre USD 10 y 12 por persona anual. La meta a corto plazo es que se aumente 10 veces esta inversión, al menos USD 100 por persona anuales”, destacó el vicerrector de Investigación de la Universidad de Antioquia. Para el funcionario, esto implicaría que Colombia invierta alrededor de unos USD 5.000 millones anuales en Ciencia, Tecnología e Innovación. Aunque comparada con otros países esa cifra es poca, representaría un salto cualitativo y cuantitativo importante para el país. Con respecto a la consecución de recursos adicionales, el equipo que presentó el informe destaca tres fuentes principales de financiación: El Sistema General de Regalías, el sector privado, los entes territoriales y el presupuesto general de la Nación. (Lea: Tras mucha incertidumbre, fue aprobada la Ley que crea el SNIA) “Respecto a Regalías, esto implicaría una reorientación del proceso para que los actores académicos sean en la mayoría de los casos los administradores de los proyectos, dada su experiencia en la gestión de proyectos de investigación. Para estimular la inversión por parte del sector privado, se incluirían beneficios tributarios a las empresas que inviertan en ello, previa certificación de que sus actividades son de hecho en CTeI tal y como se hace en Europa”, señala el informe. El equipo interdisciplinario de la Universidad de Antioquia enfatizó que para lograr el incremento en el presupuesto general de la Nación destinado a CTeI, únicamente se requiere voluntad política. En un contexto donde muchos de los gastos que antes de los acuerdos de paz se utilizaban para la defensa (8 % del PIB), la recomendación es que se reorienten al Ministerio incluyendo su funcionamiento y una mayor financiación para la educación pública superior con el fin de saldar una deuda histórica social que tiene el país. Para el vicerrector de Investigación de la Universidad de Antioquia, el nuevo ministerio y el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, deberían estar permeados por meritocracia y transparencia. (Lea: Ciencia y tecnología marcan el futuro del sector agropecuario en Colombia) “Tendría que haber procesos muy claros de selección de las autoridades y de los cargos con base en méritos académicos y científicos, no solamente por asuntos políticos (…) Es fundamental que ese Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología en Innovación tenga legitimidad en el medio científico, que sea nombrado por méritos y lo mismo la figura del ministro. Se esperaría que tenga ciertas credenciales en formación investigativa y reconocimiento en el entorno y en el país”, destacó Cristancho Marulanda. Beneficios para las Universidades Para la Universidad de Antioquia, la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación debería ser la interlocutora directa de las Instituciones de Educación Superior con el Gobierno para dar a conocer los proyectos y expresar las dificultades en materia de investigación. Al pertenecer al gabinete ministerial, la dependencia estaría a la par con los Ministerios de Educación y de Hacienda, lo que permitiría coordinar políticas públicas para la ciencia que sean coherentes con las de la educación superior. (Lea: En Cesar trabajan en pro de la tecnología y la innovación ganadera) El aumento de la financiación del Sistema permitiría que las universidades accedan a la financiación de proyectos con recursos de ese fondo y el fortalecimiento de universidades con alta vocación de investigación. Entre los beneficios se destacan, además, una mayor inversión y mayor financiación de programas doctorales, un ecosistema científico más fortalecido que abriría la puerta a producciones científicas; visibilidad internacional y el mejoramiento en la calidad de las publicaciones. ¿Y Colciencias? Uno de los principales interrogantes ante la propuesta del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación es el futuro de Colciencias. (Lea: Debate necesario: ¿extensión o asistencia técnica?) Frente al tema, la Universidad de Antioquia propone que el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colciencias, haga parte de la estructura del ministerio. La entidad sería la encargada de las convocatorias, el seguimiento a los proyectos, la transferencia de recursos y la verificación de los compromisos. Lo anterior, basado en las políticas, lineamientos y planeación que dictamine el Ministerio de CTI. Para el equipo interdisciplinario, “esta división del trabajo asegura la especialización en cada función, lo que en conjunto redunda en una mayor eficiencia para el desempeño del sistema”. Se espera que el proyecto de ley para la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación –CTI-, se apruebe en el transcurso de los próximos seis meses, después de pasar a consideración en el Senado. (Lea: Una alianza por el desarrollo sostenible del agro en Colombia) Por: Universidad de Antioquia.