Varios golpes de mano sufrió la ganadería durante este año que termina, todos ellos por cuenta de la posición que se tuvo desde Fedegán como gremio cúpula frente a las negociaciones con la guerrilla de las Farc. Así se dieron los hechos. La Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, se convirtió en el objetivo de retaliación favorito del presidente Juan Manuel Santos, empecinado como se mostró siempre este en concretar las negociaciones con las Farc y en destruir a quienes con argumentos válidos se expresaron en contra de la manera en las que se adelantaron. A pocos días de terminar el pasado 2015, el Gobierno expidió el Decreto 2537 mediante el cual se le quitaba al gremio la administración del Fondo Nacional del Ganado, FNG, y se lo pasó a Fiduagraria. (Lea: Tesis sobre la ofensiva de Santos contra el Centro Democrático) La decisión se tomó luego de más de 20 años de gestión exitosa, de un manejo impecable de los recursos, calificaciones excelentes por parte de los organismos de control e incluso de reconocimientos de los ganaderos de todo el país. Nada de eso importó, tampoco que fuera el Ministerio de Agricultura quien liderara la junta directiva del FNG, lo que interesaba era empezar a consumar un atropello contra la Federación que levantaba su voz para hablar de voz y cuya voz disentía de las necesidades del Ejecutivo. Se excusó por aquel entonces Aurelio Iragorri Valencia, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, argumentando que los recursos de la entidad estaban en riesgo por cuenta de la entrada de Friogán a la Ley 1116 de reestructuración y posteriormente la del Fondo mismo. La campaña de desprestigio emprendida incluyó arremeter contra el gremio, el personal que conformó durante años el Fondo Nacional e incluso los resultados y el trabajo serio y profesional que por tanto tiempo se adelantó a favor de la ganadería. (Lea: Al tablero 6 temas vitales para la ganadería en Colombia) Sería Friogán después la que se vería inmersa en el proceso de liquidación, una empresa que sufrió las consecuencias de los aplazamientos de la entrada en vigencia del Decreto 1550 y a la cual no trató nunca de salvar el Gobierno, que impidió su venta a los interesados y cerró la puerta a cualquier acuerdo con los acreedores. Posteriormente, Iragorri organizó una encerrona en la que en pocos días y en una clara muestra de improvisación le quitó a Fedegán el manejo del Ciclo de vacunación, labor que delegó en los comités locales. En el proceso, se encargó de difundir información falsa con el objeto de engañar a los productores y hacerles creer que podrían incluso obtener mayores ingresos, algo que en el mes de noviembre desmintieron desde varias entidades. La estrategia terminaría de consumarse con el apoyo irrestricto que desde el Ministerio se le dio a la creación de una nueva entidad gremial, denominada la Nueva Federación Ganadera, la cual tuvo su primer evento público de carácter oficial el pasado 29 de noviembre. (Lea: Así fue el cambio de discurso de Aurelio Iragorri con Fedegán) Al foro, que tuvo entrada gratuita, no asistieron más de 250 personas; sin embargo se hicieron presentes todas las empresas del sector que tienen relación el Estado y el Ministerio: el Instituto Colombiano de Agricultura, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuario, Vecol, Finagro, el Banco Agrario, entre otras. De igual manera, participaron 2 de las industrias que han sido señaladas en repetidas oportunidades como las causantes de la crisis de precios en la que se encuentran quienes conforman el sector: Colanta y Alquería. Se acaba este 2016 y la sensación que queda entre las cerca de 500 mil familias dedicadas a la ganadería es que el hombre del Nobel de paz le declaró la guerra al sector, a Fedegán, a su presidente ejecutivo, José Félix Lafaurie Rivera y a todo aquel que osara expresar su opinión en contra de lo negociado con la guerrilla. En el más reciente 35º Congreso Nacional de Ganaderos, Fedegán y todos sus directivos dejaron claro que a pesar de todas las adversidades siguen confiando en el Estado de Derecho y que sobrevivirán a las mezquindades pasajeras del poder. (Lea: Ministro Iragorri arremete nuevamente contra Fedegán) El respaldo obtenido en dicho evento sirvió para demostrar que el gremio está más unido que nunca, que la institucionalidad que se ostenta y representa siguen intactas y que como lo reza el himno: “No bajamos nuestros brazos ni nos damos por vencidos”.