En el tiempo que lleva el país con los límites al envío de carne, se presentó una caída del 45 % en los embarques del producto y el precio de la faena bajó un 8 % en dos meses.
La Fundación Mediterránea de Argentina reveló que en el mes de junio las exportaciones de carne bovina se ubicaron en 34,1 mil toneladas (peso producto), retrocediendo un 45 % respecto de las colocaciones del mes previo (INDEC). (Lea: Las oportunidades que perdió Argentina por suspender exportaciones de carne)
Señala que la intervención del Gobierno, primero vía suspensión de envíos, luego estableciendo un cupo a los volúmenes, castigó con fuerza el comercio exterior de la cadena.
El pobre desempeño argentino contrasta con lo sucedido en países vecinos, también productores y exportadores, donde las exportaciones crecieron tanto en Brasil (+11%) como en Uruguay (+2%) en el mismo período.
Tomando como referencia los volúmenes exportados en el 2020 según tipo de operaciones (afectadas y no afectadas por el nuevo marco normativo) y los precios internacionales de últimos meses, se estima que las nuevas reglas sobre el comercio exterior tienen un costo anualizado en términos de exportaciones no realizadas de aproximadamente USD 1.100 millones; este monto probablemente subestima el real costo de la medida considerando la posibilidad perdida de colocar este año mayores volúmenes en un contexto de recuperación de la economía global y del consumo de carne bovina (Lea: Así se benefician Brasil y Uruguay del control a la exportación de carne argentina)
El límite sobre las exportaciones castiga con particular intensidad al productor ganadero. En los últimos dos meses el novillo se valorizó entre un 4 % y 10 % en los países vecinos (animal en pie, en USD / kilo), mientras que en Argentina acumula una caída del 8%.
Finalmente, en lo que hace a precios al consumidor, la carne aumentó 8 % en junio respecto del mes previo (IPCVA, canasta 18 cortes), un movimiento contrario a lo que esperaba el gobierno tras su intervención al mercado.
Para la Fundación, estos precios que paga el consumidor deberían, en principio, empezar a estabilizarse (e incluso bajar en términos reales) considerando la baja estacional que suele tener la demanda en los meses del invierno y el re-direccionamiento de carne desde el mercado externo hacia el interno que está forzando el gobierno, aunque esto dependerá también de cómo evolucionen la producción de carne y la recuperación de la economía argentina. (Lea: ¿Quién podría ganar con la suspensión de exportaciones de carne de Argentina?)