El Gobierno uruguayo elaboró un protocolo de recomendaciones sanitarias para preservar la salud de los trabajadores de la industria cárnica y garantizar a los consumidores la calidad e inocuidad de los alimentos, informó el ministro Carlos María Uriarte.
Detalló que las medidas se tomaron ante la exigencia de China y comunicó que se realizan auditorias a dos frigoríficos para revertir la suspensión de la venta a ese mercado. (Lea: Uruguay tiene suficiente carne para abastecer su mercado internacional)
“En Uruguay somos transparentes y el compromiso del Gobierno es cuidar la salud de los trabajadores y la actividad económica, porque significa mantener el ingreso y llevar el pan a las familias”, expresó el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte, en la conferencia virtual sobre las estrictas políticas de contralor elaboradas para la comercialización de carnes al exterior.
Uriarte estuvo acompañado por el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y el de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, el subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Mario Arizti, y el presidente del Instituto Nacional de Carnes, Fernando Mattos.
El titular de Ganadería informó que un equipo multidisciplinario público-privado diseñó medidas adicionales para los frigoríficos, que se recogieron en un protocolo de recomendaciones sanitarias, con el fin de preservar la salud de los trabajadores y garantizar a los consumidores la calidad e inocuidad de los alimentos. (Acceda al documento con recomendaciones sanitarias)
El equipo asesor responsable está integrado por los ministerios de Salud Pública, de Ganadería, Agricultura y Pesca, y de Trabajo y Seguridad Social, el Instituto Nacional de Carnes, cámaras empresariales y gremios de trabajadores de la industria. El grupo tiene un amplio compromiso para responder a las inquietudes de los mercados cárnicos, en especial las del mayor socio comercial, China, único país que estableció suspensiones a las ventas uruguayas. En ese tenor, indicó que las medidas se harán extensivas a otros mercados internacionales y al interno.
El jerarca detalló que los seis puntos principales del documento son comunicación de los términos correctos, definiciones epidemiológicas, vacío sanitario del establecimiento para prevenir la aparición del brote y evitar suspender una planta, higiene y desinfección total del establecimiento, determinación de la presencia de coronavirus SARS CoV-2 en superficies y reintegro del personal para retomar la actividad.
Recordó que por nueve meses no hubo casos de COVID-19 verificados en la cadena de los alimentos, pero que a fines de noviembre se vulneró esa situación, lo que llevó a tomar medidas adicionales. En ese sentido, se alertó respecto del mayor grado de exposición de los trabajadores afuera del ámbito de trabajo, en sociedad, en el transporte o en el contacto social comunitario. (Lea: Uruguay reactivó venta de carne a China e Israel y ganado en pie a Turquía)
“La mayoría de los casos se dieron donde el contacto social es más común, es decir, comedores, vestuarios o transporte. Por eso, recurrimos a la responsabilidad individual, para tener resultados a nivel de país. Una vez detectadas esas áreas débiles, se elaboró este documento para corregirlos”, expresó.
Por su parte, Salinas valoró el trabajo en conjunto para asegurar la inocuidad de los alimentos, así como para proteger la salud y la seguridad de las personas que trabajan en la industria agroalimentaria. “Hay responsabilidades a nivel empresarial (…), se cuidaron todos los aspectos relacionados con los requisitos previos a concurrir al lugar de trabajo, control de proveedores, medidas de higiene personal y ambiental, correcto uso de áreas comunes”, señaló
Aseguró que se trata de un trabajo que llevó muchas horas y cuyo objetivo es generar valor agregado a los productos uruguayos por medio de las máximas condiciones sanitarias. (Lea: Colombia quiere repetir la experiencia de Brasil, Argentina y Uruguay en la venta de carne a China)
A su turno, Bustillo reiteró la importancia del mercado chino para Uruguay (31 % del total exportado y 58 % de la industria cárnica). Además, remarcó que es importante evitar que casos aislados se transformen en brotes y que en ese punto vamos un paso adelante.
Recordó que se reunió, junto con el ministro Uriarte, con el embajador de la República Popular China, Wang Gang, para analizar la evolución de las exportaciones uruguayas al mercado de esa nación. En esa oportunidad, se destacó el compromiso de Uruguay en garantizar la inocuidad, la trazabilidad y los controles sanitarios en las cadenas productivas de alimentos y se reafirmaron las reconocidas credenciales internacionales del país como proveedor de productos confiables y de alta calidad para el mundo.
Mattos explicó que, por ser una industria que exporta cerca del 70% de su producción, las exigencias de los mercados extranjeros deben ser cumplidas. “En este caso, nos regimos por el mercado más exigente, que es China”, aseveró. Asimismo, afirmó que el impacto de la suspensión del mercado chino es muy importante y que los frigoríficos que han tenido que detener su producción se dedicaban en un 60% a exportaciones al país asiático. “Por su volumen, no es un mercado fácil de sustituir”, indicó. (Lea: Carne bovina uruguaya es "más confiable" por sus controles de calidad)
El jerarca delineó que la estrategia del Gobierno se basa en bajar la cantidad de aranceles, unos 200 millones de dólares por año, que paga el sector en todos sus mercados. “Eso significa menos precio, competitividad e ingresos para Uruguay”, expresó.
Hacia el final de la conferencia, Aritzi sostuvo que el protocolo está avalado porque cumple con las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, destacó la labor del cuerpo inspectivo del Ministerio de Trabajo, que permite proteger a los trabajadores nacionales.