Los deslumbrantes acantilados de la isla de Panyee y sus viviendas construidas sobre un transparente mar azul ofrecen la perfecta imagen del paraíso tailandés, pero los turistas acaban deslumbrados por el campo de fútbol flotante.
Aunque los problemas políticos y el mantenimiento en vigor de la ley marcial desde hace 6 meses han perjudicado la afluencia de turistas en Tailandia, en la isla de Panyee (sur), los visitantes extranjeros siguen llegando, atraídos por este terreno de juego. (Lea: En favela de Río, los movimientos de los jugadores iluminan la cancha)
Instalado cerca del pantalán de la isla, sobre grandes pilares flotantes unidos por cuerdas, este terreno de 16 por 25 metros se ha convertido en una ganga para el desarrollo local desde su construcción en 2010 con motivo de una campaña publicitaria.
"¿Qué hacer al llegar a la isla de Panyee? Tenéis que ver el campo de fútbol flotante", afirma con una sonrisa de oreja a oreja Muhamad Prasanpan, el jefe de la isla, que explica que las visitas de los turistas aportan cada día entre 1.200 y 1.700 euros a la comunidad. Esto ha permitido multiplicar por 5 los ingresos de los habitantes desde hace 10 años, cuando la isla vivía principalmente de la pesca, añade el jefe de esta isla, cuya población es mayoritariamente musulmana.
Y cuando no están en el mar, la pasión de los habitantes es el fútbol. La falta de superficies planas no ha sido un impedimento para ellos. Tradicionalmente jugaban en la playa, pero sólo era posible con marea baja, o en la primera versión del campo flotante construida hace 30 años. No obstante, al estar construida con tablas de madera ensambladas con clavos oxidados, era casi impracticable. "Debíamos evitar los clavos que sobresalían. Era arriesgado y peligroso, pero sólo teníamos la elección de jugar por encima hasta que tuviéramos otro", recuerda Prakit Prasanpan, patrón de barco.
"Buenos salarios"
El nuevo terreno, construido para una publicidad del banco TMB, ha permitido, sobre todo, mantener a los jóvenes en la isla. Antes de la construcción del terreno, estos últimos solían abandonarla para ir a buscar trabajo en el continente. (Lea: Otro gol al sector agropecuario)
Panyee consiguió invertir la tendencia. La isla cuenta actualmente con 1.800 habitantes, en comparación con los 1.200 de hace 10 años. "Los pequeños trabajos son mejores aquí que en el continente. Los jóvenes pueden ganar más fácilmente dinero, pueden ganar cientos de baths (la moneda oficial) conduciendo canoas, por ejemplo", explica Aporn Janchulee, comerciante del mercado local. "Cuentan con buenos salarios y mucha gente del exterior viene a vivir aquí", añade esta habitante de 74 años.
El éxodo rural es un problema habitual en Tailandia, donde los más jóvenes del campo se marchan a las grandes ciudades para encontrar trabajos mejor remunerados y así poder cubrir las necesidades del resto de la familia.
Según las cifras oficiales, entre enero y octubre, el número de turistas descendió un 9 % en el reino respecto al mismo período de 2013, lo que perjudica a millones de tailandeses dependientes del maná del turismo.Gracias al atractivo futbolístico, Panyee logró salvarse parcialmente de la reducción del turismo vinculada al golpe de Estado del 22 de mayo. El sector está muy afectado por la vigencia de la ley marcial.
Entre enero y octubre, los ingresos procedentes del turismo retrocedieron un 6,1 % respecto al año anterior, en 905 millones de baths (22 millones de euros, USD27,4 millones). La junta militar del "país de la sonrisa" ha tomado ya buena nota de la situación. (Lea: Fuleco, mascota del Mundial, necesita ayuda para no extinguirse)
En este contexto, Panyee cuida su atracción turística como un amuleto. "Debemos mantener el terreno de fútbol para nuestros hijos y nietos, porque podemos decirles que el terreno es único".