La semana pasada el juez federal Djalma Gomes prohibió la exportación de ganado vivo desde todos los puertos del país, según reportó Reuters. Si bien el fallo puede ser apelado, por ahora todas las exportaciones de ganado vivo están prohibidas en los puertos brasileños.

Brasil registró exportaciones de ganado vivo en 2022 valoradas en 173 millones de euros (cerca de 191 millones de dólares), un 150 % más que en 2021, pero aún por debajo de las cifras anteriores a la pandemia, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Las exportaciones de ganado en pie del país se venden principalmente a países en desarrollo, especialmente en el Medio Oriente, siendo Irak, Jordania y Turquía sus tres principales mercados el año pasado. (Lea: Cómo impactaría a la ganadería colombiana la presencia de vaca loca en Brasil)

Carlos Favaro, ministro de agricultura de Brasil, declaró a Reuters que aún no había tenido discusiones al interior del gobierno para apelar la decisión.

Por lo pronto señaló que se deben cumplir las órdenes judiciales, pero defendió el comercio de ganado vivo de Brasil y dijo que los compradores extranjeros no invertirían en ganado que podría perder peso durante el transporte.

Aseguró que las instalaciones en las que viajan los animales son adecuadas y «favorecen» la continuación del desarrollo del ganado.

Oportunidades para Colombia

Comparado con la industria procesadora de Brasil, estos envíos palidecen frente a las 2 millones de toneladas de carne que se exportaron en 2022 por más de USD 13 000 millones, un 42 % más que en 2021, y 68 veces más que las de ganado en pie. Así lo explicó el economista Óscar Cubillos:

«Brasil tiene la ventaja de contar con una industria procesadora inmensa, entonces si dejan de exportar animales vivos, rápidamente ellos pueden acomodarse para procesarlos y exportarlos como carne. Claro está que muchos mercados no quieren la proteína sino el animal en pie, entonces es probable que algunos dejen de comprarles».

Para el experto, es probable que los destinos que antes compraban semovientes a Brasil, sobre todo los países del norte de África y del Medio Oriente, se volcarán a otros mercados como Colombia.

«Seguramente habrá un traslado de compradores, así como se habían ido a Brasil, ahora se devuelven para Colombia», anotó.

No obstante, más allá de las oportunidades que pueda representar para nuestro país o los demás exportadores de ganado en pie, Cubillos advirtió que esto es un «mal mensaje» para el libre comercio.

«Es un mal mensaje que Brasil se deje de exportar animales en pie porque las normas que han establecido los países que hacen parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) es que se permita la libertad de exportación, por supuesto cumpliendo con las regulaciones que tengan lugar, pero sin llegar a prohibir. Es un mal mensaje para el libre mercado que es uno de los principios liberales de la democracia», puntualizó.