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Foto: timetoast.com

internacional

Residuos de medicamentos veterinarios en carnes de origen vacuno

por: - 31 de Diciembre 1969

En Uruguay, el uso de anabólicos/promotores del crecimiento en ganadería están prohibidos, por lo cual no están identificados en la lista de posibles amenazas para la seguridad alimentaria nacional

En Uruguay, el uso de anabólicos/promotores del crecimiento en ganadería están prohibidos, por lo cual no están identificados en la lista de posibles amenazas para la seguridad alimentaria nacional.   Cuando hablamos de residuos en carnes, señala Carnetec en su blog, se hace referencia a todo principio activo y/o sus productos de degradación presentes en los tejidos/vísceras de origen animal por tratamientos previos de los animales con sustancias químicas (medicamentos veterinarios, aditivos alimentarios) o por la presencia de estos compuestos en el medio ambiente (plaguicidas, metales pesados).   En Uruguay, el uso de anabólicos/promotores del crecimiento en ganadería están prohibidos, por lo cual no están identificados en la lista de posibles amenazas para la seguridad alimentaria nacional. Diferente es el caso de los contaminantes ambientales (metales pesados y agroquímicos) que en el actual escenario de intensificación de la agropecuaria presentan los mayores riesgos de contaminación de la carne.   Todos son responsables parciales de la degradación de la calidad, tanto de los productos agrícolas como de las materias primas de alimentos, ocupando un lugar primordial en las preocupaciones de los actores de la cadena agroalimentaria mundial.   En el caso de medicamentos veterinarios, su uso es necesario desde el pasaje de la vida primitiva a la vida en sociedad, que implicó la generación de alimento de forma sistemática. En ese momento surgió la necesidad de palear el sufrimiento y la pérdida de animales y por tanto pérdida de alimento provocado por enfermedades, lesiones y accidentes, dando origen al concepto básico actual de sanidad animal y la salud de los animales destinados al consumo humano.     Toda sustancia estudiada y desarrollada a nivel internacional y permitida a nivel nacional poseen estudios farmacocinéticos/residuogénicos analizados por las instituciones referentes a nivel mundial, FAO/OMS en su Comité del Codex Alimentrius sobre Residuos de Medicamentos Veterinarios en los Alimentos, por lo cual su uso racional no debería llegar a éstos.   Esta información disponible al público indica el Límite Máximo de Residuos (LMR) permitido en los tejidos/vísceras de especies animales destinadas a consumo humano. La toxicidad presentada por estas sustancias a largo y a corto plazo está comprobada (antiparasitarios/antibióticos presentan además riesgos microbiológicos  por aparición de cepas resistentes).   Un ejemplo reciente en marzo de 2016 fue el hallazgo de USDA/FSIS de residuos de ethión en carnes procedentes de Uruguay, generando la devolución de un conteiner de ese destino. El organofosfordo registrado para el control de parásitos (garrapata, mosca de los cuernos) no se encontraba registrado en EE.UU., por lo cual no estaba autorizado.   Esta situación llevó a la propuesta ante FAO/OMS, 23 Reunión, octubre 2016 de incluir ethión en la lista de prioridades para su estudio y actualización, planteado por Argentina, con apoyo de Uruguay, Perú, Senegal, entre otros países. Mientras tanto serán suspendidos productos con ethión hasta concluir las pruebas del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.   Lo principal entonces, es la capacitación de los productores, el eslabón más débil y exigido dentro de un proceso que definirá los alimentos que consumiremos.   La formación de los productores en el manejo adecuado de los productos es prioridad mundial, así cada día debe ser mas eficiente y eficaz en el uso de sus recursos naturales.