Según el portal de noticias Euronews, el Gobierno francés dio a conocer recientemente un plan para acelerar los recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero, que incluye una meta de reducción del 50 % para 2030 en comparación con los niveles de 1990, y de 20 % para el sector agrícola.
El pasado lunes 22 de mayo la primera ministra Élisabeth Borne presentó para diseñar este nuevo plan que busca reducir las emisiones de carbono en todos los sectores, basado en un informe de la Cour des Comptes o Tribunal de Cuentas, tribunal independiente a cargo de auditar los fondos públicos.
Para reducir las emisiones de metano, pidió al Ministerio de Agricultura que defina su estrategia que «requiere necesariamente una reducción significativa en el rebaño». El tribunal dijo que el ministerio ya había comunicado su objetivo de reducir el inventario de ganado de 17 millones a 15 millones para 2035 y luego a 13,5 millones para 2050.
Sin embargo, los ganaderos franceses dicen que reducir el número de vacas en el país no es la respuesta. La Asociación Interprofesional Francesa de Ganado y Carne (Interbev por sus siglas en francés) expresó en un comunicado que los campos en los que pastan las vacas ayudan a capturar carbono y proteger la biodiversidad.
También afirmó que la continua reducción del hato bovino «acentuaría el aumento de la carne importada» preguntando «¿Estamos realmente listos para sacrificar nuestro modelo de agricultura sostenible y la soberanía alimentaria?». Agregó que la asociación «deplora» que el problema del cambio climático se reducía a un solo factor.
En el portal francés La France Agricole, la asociación interprofesional sostuvo que la reflexión debe tener en cuenta todas las ventajas ambientales de las granjas de herbívoros franceses.
«Es un sistema que sigue siendo uno de los más virtuosos del mundo, y uno de los únicos capaces de compensar parte de sus emisiones. Los pastizales en los que pasta el ganado son valiosos secuestrantes de carbono. Con 13 millones de hectáreas de prados y pastos permanentes y temporales, la actividad ganadera compensa en promedio un tercio de sus emisiones», aseguró.
Por no hablar de las importantes reservas de biodiversidad que constituyen estas praderas y los plantas arbustivas asociadAs a ellas. Benoît Rouillé, director de proyectos del Instituto de Ganadería, da un ejemplo: “Bajo 1 hectárea de pastizal, hay alrededor de 4,5 toneladas de fauna, o sea el peso de seis vacas».
«Necesitamos a los productores más que nunca»: ministro de Agricultura de Francia
En Francia, Marc Fesneau, el titular de la cartera agropecuaria (que dicho sea de paso, incluye en su nombre oficial la Agricultura y Soberanía Alimentaria), publicó en Twitter un mensaje denunciando que escuchaba o leía «mucha estigmatización y desconocimiento de la realidad de las cosas» acerca de la ganadería.
Para Fresneau, el discurso del decrecimiento forzado como política pública es «curioso» cuando es sabido que «Francia no es autosuficiente para ningún sector animal. ¿Significa esto que algunos asumirían ver aumentadas nuestras importaciones, reducida nuestra soberanía alimentaria en favor de formas de agricultura que no queremos? ¿Significa esto que dejamos que otros nos alimenten? ¿Y no asumir, de manera hipócrita, que el carbono emitido para alimentarnos se cuenta en nuestras emisiones?».
También recordó los servicios ambientales que brinda la ganadería, entre los que se cuentan los siguientes:
- Por una hectárea de pasto permanente se absorben 110 kilos de CO2 al año.
- La ganadería produce los abonos orgánicos necesarios para la agricultura ecológica.
- Muchas explotaciones ganaderas disponen de producción de energías renovables.
- Los potreros en Francia almacenan 8 millones de toneladas de CO2 cada año (es decir, casi el 2 % de las emisiones nacionales).
- Al alimentar a los animales, por ejemplo, es posible reducir la huella de carbono, que los criadores ya están comprometidos con ello.
Finalmente se preguntó: «(Hemos olvidado) que no estamos obligados a elegir entre planta y animal y que por fin necesitamos más que nunca a los productores y avanzar con ellos, y no contra ellos, en todas las transiciones que nos toca realizar».
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