Los ratones empezaron a infestar los asentamientos humanos hace unos 15 mil años en Medio Oriente, dijo el lunes un estudio que sugiere que estos pequeños roedores corrían por debajo de los pies de los humanos mucho antes de lo que se cree. Tan pronto como los cazadores se empezaron a establecer en vez de seguir como nómadas, los ratones de casa se volvieron más numerosos diferenciándose de los roedores salvajes de su tipo, dijo el estudio Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS, publicado por un diario estadounidense. "La investigación proporciona la primera evidencia de que desde hace 15 mil años los humanos estuvieron viviendo en un lugar el suficiente tiempo como para impactar en las comunidades animales locales, lo que resultó en la presencia dominante de los ratones de casa", dijo la coautora del estudio Fiona Marshall, profesora de antropología de la Universidad de Washington, en San Louis. Previas investigaciones señalaron que el desarrollo de la agricultura fue el punto de partida para transformar las relaciones de los humanos con el mundo de los animales, en particular con pequeños mamíferos como los ratones. Pero esta investigación sugiere que "las raíces de la domesticación animal se remontan a miles de años antes del sedentarismo humano, considerado el alba de la agricultura", dijo Marshall. En las poblaciones de cazadores en la región este del Mediterráneo, los ratones de casa fueron comunes más de 3.000 años antes de que se conocieran las primeras evidencias de la agricultura, indican los hallazgos. Cuando los cazadores se establecieron en un lugar les proporcionaron refugio y les dieron acceso regular a migajas y restos de comida. Los ratones habrían aprendido a alimentarse de esto, marcando la primera fase de domesticación. Las investigaciones se focalizaron en el antiguo sitio de cazadores recolectores de Natufian, en el Valle de Jordania de Israel, donde las excavaciones mostraron una desordenada proporción de ratones de casa y de ratones salvajes durante diferentes periodos prehistóricos. Los investigadores analizaron las variaciones en las formas molares de los dientes de ratones fosilizados que se remontan a unos 200 mil años.