Según el CREA, se acelera la pérdida de confianza y se deterioran las expectativas.
El último censo realizado por la Asociación CREA el pasado mes de julio refleja que el 66% de los 1119 empresarios agropecuarios consultados cree que la situación del país estará peor dentro de un año, una proporción ocho puntos superior al nivel registrado en marzo pasado. (Lea: Uruguay y Brasil disfrutan los cupos de exportación de carne de Argentina)
En tanto, un 42 % de los consultados proyecta que su empresa podría estar en una situación más desfavorable dentro de un año, mientras que en marzo pasado esa cifra era del 34 %. Por ese motivo, disminuyó de manera considerable la proporción de empresarios que consideran adecuado el momento para realizar inversiones.
Si se analizan las expectativas por actividad productiva, los resultados que arrojó la encuesta reflejan que los empresarios ganaderos prevén en su mayor parte que los resultados del próximo ejercicio se deteriorarán, mientras que, en lo que respecta a la actividad agrícola, casi la mitad de los consultados proyectó que los resultados del próximo ciclo serían inferiores a los de la última campaña. En la actividad ganadera la reciente recuperación de los precios de la leche modera ese fenómeno.
En cuanto a intenciones de siembra, el relevamiento arrojó que en el diseño de la próxima campaña agrícola 2021/22 la mayor parte de las empresas CREA mantendrá una elevada proporción de gramíneas en la rotación, un aspecto clave para la sostenibilidad de los sistemas productivos. (Lea: Las oportunidades que perdió Argentina por suspender exportaciones de carne)
La participación del cultivo de trigo en la rotación proyectada para 2021/22 alcanza el 15 % (versus 16,4 % en 2020/21), en tanto que la proporción total de cultivos de invierno sería de 21,5 % (versus 22 %). En maíz (temprano + tardío) la proyección es del 32 % (versus 30 %) con un aumento interanual del 15 % para el maíz temprano, mientras que la proporción de tardío se mantendría estable respecto del ciclo anterior. La evolución del clima, en un año que se proyecta desafiante, será un factor decisivo a la hora de decidir el plan de siembra y la posterior producción.
Por segundo año consecutivo se observa un adelantamiento de las compras de insumos para la próxima campaña de cultivos de verano, lo que representa algo esperable en un escenario incierto.
En cuanto a la actividad ganadera, el porcentaje de destete promedio obtenido en el ejercicio 2020/21 se ubicó entre 67 % y 88 %, dependiendo de la zona. Todas las regiones CREA –con excepción de Oeste Arenoso– lograron incrementar la cantidad de terneros destetados respecto del promedio histórico zonal. Los mayores aumentos se registraron en Litoral Norte y Litoral Sur. (Lea: Así se benefician Brasil y Uruguay del control a la exportación de carne argentina)
Por otra parte, mientras que en las regiones más favorecidas por las lluvias se observa en general una mayor propensión a aumentar el pie de cría, lo contrario sucede en las zonas afectadas por restricciones hídricas.
Respecto de la actividad lechera, el 72 % de los 157 empresarios lecheros consultados expresó que espera aumentar la producción total en un promedio del 5,5 % durante el próximo año, mientras que esa proyección para los próximos cuatro meses es del 4,9 %. La mayor parte del crecimiento programado está sustentado en un aumento de las vacas en ordeñe, fundamentalmente a través del rodeo propio.
Las producciones forrajeras de los hatos en 2020/21 se mantuvieron, en promedio, por encima de lo planificado al inicio de la campaña. El 66 % de las empresas consultadas tiene un stock de silo igual a lo proyectado, mientras que el 20 % posee más de lo que esperaba. (Lea: ¿Quién podría ganar con la suspensión de exportaciones de carne de Argentina?)
Un 36 % de los productores señaló que piensa aumentar la superficie destinada a cultivos para silaje en 2021/22; en promedio, se estima un aumento de la superficie de 1,8 % respecto del ciclo anterior. Por otra parte, un 24 % de los consultados aumentó la proporción de forraje conservado en la dieta durante el último cuatrimestre en relación con el mismo período del año anterior.