Los agricultores se movilizan para exigir el dólar libre, la rebaja de las tarifas de electricidad y fijación del precio de combustible.   Agricultores, comerciantes y transportistas uruguayos, apoyados por gremiales sectoriales, enviaron un mensaje al gobierno con una masiva concentración este martes en Durazno (200 km al norte de Montevideo), en demanda de reducir costos a la producción.   Luego de sucesivos ajustes fiscales, un movimiento de protesta espontáneo que comenzó con unas decenas de productores rurales en la norteña ciudad de Paysandú, se convirtió en dos semanas en un movimiento masivo que alcanza actualmente a todo el país.   Las protestas en rutas de todo el territorio se multiplicaron al influjo del descontento por fuertes subas de tarifas de energía, agua, combustibles (la gasolina subió 9,8%), impuestos y tasas a la importación que encarecen maquinarias e insumos, en un contexto de baja de rentabilidad del sector agropecuario y aumento del desempleo.   En casi 13 años de gobierno del izquierdista Frente Amplio, que atraviesa su tercer período de gobierno, este es el primer movimiento contestatario masivo a las políticas económicas llevadas adelante por el Ejecutivo.   El gobierno ha realizado varios ajustes fiscales en busca de paliar un abultado déficit de las finanzas públicas de 3,6% del PIB y sanear a la endeudada petrolera estatal ANCAP, monopólica para refinación y distribución de combustibles, pero fuertemente deficitaria.   El año pasado, el vicepresidente Raúl Sendic, ex presidente de la petrolera, renunció a su cargo en medio de un escándalo por el uso de tarjetas corporativas de la entidad que dirigía.     De menos a más   La pasada jornada nacional la hicieron para denunciar las "dificultades de muchos sectores, no solo el agropecuario, en cuanto a viabilidad" económica, explicó a la AFP Marcelo Noguez, uno de los referentes de la movilización, que culminará en la tarde con la lectura de una proclama que será entregada al Ejecutivo.   Esta es una "problemática que nace en el campo, (pero) es compartida por muchos sectores de la economía", expresó Noguez.   Varias cámaras inmobiliarias, sectores del comercio e industriales, así como gremiales del transporte de carga y centros de comercio minorista de todo el país se adhirieron al movimiento antes de la concentración de este martes, para la cual se dispusieron operativos de seguridad especiales en las rutas de acceso a Durazno.   El gobierno declinó recibir a representantes de este movimiento y prefirió reunirse con las gremiales tradicionales del campo que forman parte de la "institucionalidad" del país.   Pero luego de una reunión con el mandatario el pasado 15 de enero, incluso las gremiales tradicionales se acercaron al movimiento de productores "autoconvocados".   Desde el oficialismo, algunos sectores consideran que el movimiento "es un paro no solo contra el gobierno sino contra el Frente Amplio de cara al 2019", año de elecciones presidenciales, según señaló al diario El Observador la senadora Constanza Moreira.   No es la primera vez que el campo se moviliza en Uruguay en medio de una crisis. A fines del siglo pasado, en medio de un brote de aftosa que derrumbó los mercados para la carne uruguaya, el sector se manifestó masivamente contra el entonces gobierno del Partido Colorado (centro derecha), con apoyo en ese momento del opositor Frente Amplio.   "Esperamos que los gobernantes de todos los sectores (del Estado), del Poder Ejecutivo, del Legislativo, departamentales (provinciales), puedan escuchar los reclamos" y "que se abran espacios de diálogo para buscar soluciones", explicó Noguez.   Los agricultores han anunciado que si no tienen respuestas podrían escalar la protesta y afectar la cadena de distribución, y el nuevo ministro de Agricultura, Enzo Benech, advirtió que si eso ocurre podría tomar medidas, aunque no detalló de qué tipo.   El exministro de Agricultura Tabaré Aguerre, que ocupaba su cargo desde 2010, renunció al cargo en pleno auge de las protestas.