En las últimas semanas se ha vivido una polémica en Argentina a causa de la oferta y el precio de la vacuna contra la fiebre aftosa que se aplica en ese país y que es más costosa que en el resto de la región.
La decisión del Gobierno de facilitar la importación de la vacuna contra esa enfermedad, ante las quejas de los productores por su elevado precio local, revivió las idas y vueltas que tuvo ese país hace más de 20 años, recuerda el portal lanacion.com.ar
En la actualidad, son dos los laboratorios argentinos que la fabrican para los más de 52 millones de cabezas de ganado que por año se vacunan en Argentina. Con ventas anuales cercanas a las 100 millones de dosis, el valor que se maneja en el país es de alrededor de US$2 para este producto, mientras que, según un la Asociación Argentina de Brangus, los precios en Mercosur van de los US$0,24 a los US$0,72.
Año tras año, el mercado doméstico representa para las empresas un negocio de más de US$150 millones (aproximadamente unos US$2.000 millones desde que comenzó el plan de vacunación, hace más de 20 años).
Ante esta situación, la empresa argentina Tecnovax pidió al Servicio de Sanidad Animal (Senasa) autorización para importar de Brasil, en principio, 15 millones de dosis a mitad de precio. “El ingreso de nuevas vacunas de probada eficacia y seguridad va a contribuir a abastecer la demanda y evitar las imperfecciones propias de una oferta concentrada, ayudando a bajar sustancialmente los costos para el sector ganadero, favoreciendo la competitividad de todo el sector”, dijeron en la empresa, citada por el portal. (Lea en CONtexto ganadero: Sudamérica, como región, está 99 % libre de fiebre aftosa)
No obstante, los fabricantes de la tetravalente aseguraron que la vacuna de dos cepas que se usa en la región “no era tan buena” y que, por el contrario, la suya era “la mejor aplicación antiaftosa del mundo”.
Entre tanto, el Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos (CADIA), al terciar en la discusión indicó que en algunos países mencionados se vacuna con el producto fabricado en laboratorios de Argentina.
Las cepas
La polémica se dio ante la pregunta por qué si en el resto del mundo se usan vacunas bivalentes (de solo dos cepas) contra la enfermedad, en Argentina está la exigencia de inocular al ganado con una tetravalente (cuatro cepas).
Del lado de los laboratorios que la fabrican en Argentina, Biogénesis Bagó y el Centro Diagnóstico Veterinario (CDV) insistieron en que su vacuna, que contiene las cepas O1 Campos, A24 Cruzeiro, A Argentina 2001 y C3 Indaial es más eficiente que las que se inoculan en el resto de la región.
“En un nuevo escenario epidemiológico, la vacuna bivalente cubre contra los serotipos necesarios. De hecho, hay inmunidad cruzada entre A2001 y A24, que son las cepas en cuestión. Sucede que la cepa A2001 no era fácilmente aceptada para la producción fuera de la Argentina por ser exótica. Eso confería a la industria nacional una ventaja que lastimosamente fue usada para subir los precios hasta niveles intolerables para el productor. El escenario de vacunación no cambia”, sostuvo Diego La Torre, presidente de Tecnovax, citado por lanacion.com.ar (Lea en CONtexto ganadero: Vacunación contra la aftosa evita pérdidas por US$15 mil millones en la ganadería del Mercosur)
Frente a la autorización para importar la vacuna, Biogéneses anunció que decidió “hacer un esfuerzo de acompañar la baja de la inflación, dejando sin efecto el último incremento de precio, lo que implica una reducción del 23 % del valor de la vacuna que permanecerá vigente hasta el 1 de julio de 2024, garantizando el abastecimiento y la misma calidad de siempre”. Sin embargo, la decisión llega cuando ya está vacunado el 60 % del stock ganadero y la mayor parte de las compras fueron concertadas.
CADIA sostuvo que es momento de rediscutir las normativas del Senasa. Este organismo es el que interviene en la materia y se encarga de mantener el estatus sanitario. Con base en la situación epidemiológica actual, debe definir científicamente cuál debería ser la nueva composición de la vacuna (bi o tetravalente) y si corresponde homologarla con la utilizada con los países de la región (Paraguay, Uruguay y Brasil).
Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adomi, dijo que “se tomó la decisión de modificar la dosis de la vacuna aftosa para ganado bovino, para que pase de tetravalente a bivalente, un beneficio para 200.000 productores ganaderos, que no van a depender del pedido de un solo laboratorio, sino de múltiples, que le van a ofrecer la vacuna y ahorrar, tener un costo muchísimo menor”.
Argentina posee el estatus de libre de fiebre aftosa otorgado por la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA) con dos zonas diferenciadas según la aplicación o no de la vacunación: la zona libre con vacunación -en el centro-norte y el cordón fronterizo- y la zona libre sin vacunación -que incluye la Patagonia y los Valles de Callingasta, en San Juan-.
Un brote de aftosa pondría al país, una vez más, fuera de todos los mercados de exportación, donde se destina más del 35% de la producción cárnica del país. Esto podría ocasionar caídas de hasta 3 mil millones de dólares en exportaciones anuales.