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Foto: andina.pe

Perú alcanzó su estatus libre de aftosa sin vacunación en 2018 gracias al esfuerzo conjunto del gobierno, los productores y la cooperación internacional.

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Perú lleva 5 años sin vacunar contra aftosa, ¿cómo lo hizo?

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

En mayo de 2018 Perú recibió la certificación oficial como país libre de fiebre aftosa sin vacunación en todo su territorio, estatus que en Sudamérica solo tiene Chile, Guyana, Surinam y Guyana Francesa. Conozca cómo hizo este país para alcanzar este objetivo y por qué Colombia aún no lo tiene.

Perú se convirtió en 2018 en el primer país de la región Andina (en la que se encuentra con Bolivia y Ecuador) en tener la mayor parte de su territorio, 98,27 %, con el estatus de libre de fiebre aftosa sin vacunación, y el restante 1,73% reconocido como libre con vacunación.

En ese entonces, Tito Díaz, oficial principal de Desarrollo Pecuario de la Oficina Regional de la FAO, aseguró que «Perú es la demostración de que la unión entre la decisión política de los gobiernos, el apoyo de la cooperación internacional y el trabajo con los productores ses la fórmula que hace posible obtener avances significativos en la lucha contra la fiebre aftosa».

Por su parte, el jefe nacional del Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) de aquel momento Óscar Dominguez Falcón, esta meta se logró tras establecer líneas de acción claras, como el establecimiento de un marco normativo para el proceso de erradicación de la fiebre aftosa, la capacitación y conformación de Sistemas Locales de Sanidad Animal (CLSA y líderes comunales), vigilancia y control de movimientos de animales.

Representantes del Senasa y el ministro de Agricultura reconocieron a la FAO, la OPS/OMS, a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a la Cooperación Italiana para el Desarrollo y a representantes de gremios ganaderos por su apoyo en la consecución de este objetivo. (Lea en CONtexto ganadero: OIE reconoce a Perú como país libre de fiebre aftosa sin vacunación)

La cooperación de la FAO ha tenido un impacto importante en el Perú, gracias al trabajo conjunto con el Senasa para el fortalecimiento del Programa Nacional de Fiebre Aftosa de Perú (Pronafa). Se capacitaron los profesionales así como se hicieron «inversiones en equipamiento, suministro de materiales y la puesta en marcha de la primera estrategia de educación sanitaria en fiebre aftosa dirigida a los pequeños productores y productoras, con el fin de prevenir, controlar y erradicar la enfermedad, así como el diseño de una propuesta de seguro ganadero, como mecanismos que estimule a la detección precoz de la enfermedad».

Otra área de acción fue el fortalecimiento del trabajo binacional con Ecuador y Bolivia para reforzar la vigilancia en frontera, el intercambio de experiencias y una mejora de la comunicación. En el ámbito regional el programa apoya el fortalecimiento de las capacidades de los servicios veterinarios, logrando una cobertura del 65 % de las unidades técnico operativa de las áreas priorizadas a través de capacitación y equipamiento técnico.

Asimismo, la cooperación internacional fue vital, como el Fondo Fiduciario ESPAÑA-FAO para América Latina y el Caribe, con el proyecto regional «Fortalecimiento de Políticas y Estrategias para la Prevención, Control y Erradicación de la Fiebre Aftosa en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela» con una contribución de cinco millones de dólares, que han permitido fortalecer las políticas y acciones en el país contra la enfermedad.


¿Por qué Colombia aún continúa con la vacunación contra aftosa?

Colombia obtuvo el estatus como país libre de fiebre aftosa con vacunación en 2009, luego de más de medio siglo con focos anuales de la enfermedad. Durante 8 años, entre 2009 y 2017, el país mantuvo este estatus, pero debido a que el gobierno quitó la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG) a la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), bajo cuya operación lograron erradicar la aftosa, en 2017 y 2018 se presentaron nuevos brotes de la enfermedad.

Esto ocasionó grandes pérdidas directas para los ganaderos afectados, que tuvieron que sacrificar sus animales, así como millones de dólares y un retraso de varios años por cuenta de la suspensión del comercio exterior luego de que varios mercados cerraran sus puertas a la carne y leche colombianas.

Por ello, solamente hasta que el gobierno le devolvió la administración del FNG a Fedegán (en enero de 2019), fue que Colombia volvió a recibir la certificación como libre de aftosa con vacunación un año después, en febrero de 2020. Sin embargo, todavía faltan varios años para alcanzar el estatus de libre sin vacunación. Así lo explicó Esperanza Polanía, subdirectora de Salud y Bienestar Animal de Fedegán-FNG:

«A diferencia de Perú, que comparte frontera con países libres de aftosa, nosotros tenemos una amenaza permanente por una frontera tan extensa con Venezuela (de más de 2.200 km), un país que no tiene certificación oficial por parte de la OMSA (Organización Mundial de Sanidad Animal)».

La funcionaria explicó que los factores de riesgo son diversos: de un lado, como indicó, no se sabe si el país vecino está desarrollando un programa de erradicación de la enfermedad como sí se está ejecutando en Colombia, por lo cual no hay certeza de las coberturas de vacunación. (Lea en CONtexto ganadero: FAO reconoce esfuerzos de Perú para erradicar la fiebre aftosa)

A esto se suma el contrabando de ganado, con un flujo constante de animales del vecino país de los cuales no sabe si cuentan con vacunas (en Colombia está prohibida la importación de ganado procedente de Venezuela). Pero además, Polanía resaltó que el virus de la aftosa puede propagarse a través de los subproductos como carne y quesos, que ingresan de forma ilegal todos los días, o más grave aún, de los fómites, objetos sin vida que pueden transportar patógenos, como los zapatos o la ropa que portan los inmigrantes que llegan del vecino país.

«El comercio ilegal por los diferentes pasos fronterizos hace muy difícil controlar la llegada de animales, pero el virus no solo se transmite por animales vivos, sino también por subproductos que vienen de Venezuela, y algo que también hay que destacar es la movilización de los inmigrantes, porque el virus de la aftosa viaja en fómites, como los zapatos, el vestuario o las mismas ruedas de las fincas donde presuntamente hubiese animales infectados. El gran problema es que no sabemos qué hay en Venezuela porque no tienen una declaratoria transparente de lo que sucede al interior en el tema del control de aftosa», remató.