En la Universidad de Georgia, Estados Unidos, un grupo de investigadores trabaja en el desarrollo de un nuevo sistema denominado BIRD, el cual contribuye en la entrega de una fruta de calidad.
En Estados Unidos más del 70 % de los arándanos que se cultivan se cosechan a mano. Sin embargo, la disponibilidad de empleados se reduce con el paso del tiempo y ello ha llevado a que el proceso se mecanice. Lo anterior afecta la calidad del producto y su tiempo de vida útil. Por ello, uno de los retos es hacer que esta fruta tenga una mayor resistencia en la poscosecha, de allí la importancia que se le debe dar a su manipulación.
De acuerdo con la tesis de Guillermina González Morales, hecha en la Universidad de Talca, Chile, al almacenar el arándano por 45 días y dejarlo caer a una altura de 32 centímetros, se empieza a evidenciar la pérdida de la firmeza y un grado de “pardeamiento interno”. (Lea: Holanda desarrolla robot capaz de cosechar pimentones)
Un grupo de científicos de las universidades de: Georgia, Michigan, Florida, Pensilvania, Washington, Carolina del Norte, Oregon y Mississippi, en Estados Unidos, desarrollan un sistema que busca incrementar la producción de arándanos, teniendo en cuenta la cosecha y el procesamiento de las frutas.
Se trata del sensor Berry Impact Recorder Device (cuya sigla es BIRD), un dispositivo que simula un arándano y permite registrar los impactos que recibe la fruta durante la cosecha mecanizada, el transporte y la línea de selección y embalaje. En otras palabras, es una esfera de silicona con un diámetro de 21 milímetros, cercano al de un arándano de gran tamaño, que pesa 6,9 gramos.
La esfera pasa por las mismas etapas que la fruta, mediante sus sensores registra los golpes y su magnitud a través de un acelerómetro. La información, que también queda grabada en video, se almacena en la memoria del dispositivo y es enviada por puerto USB a un computador. (Lea: Españoles desarrollan motor ecológico para la agricultura)