El mercado de alternativas a la carne, a base de plantas, se ha estancado a nivel mundial, según un informe de Rabobank sobre la situación del sector.

De acuerdo con el reporte, dicho mercado está adoptando una perspectiva de crecimiento más realista ya que los fabricantes europeos y los minoristas de alimentos están ajustando tanto su capacidad de producción como su oferta al consumidor, según reporta el portal carnica.cdecomunicacion.es

Señala que las ventas minoristas de las alternativas a la carne de origen vegetal en Estados Unidos disminuyeron 9 % en el primer trimestre de este año, después de un 2022 mediocre con caídas de volumen cercanas al 6 %, mientras tanto la situación en Europa, aunque es menos complicada también las alternativas de carne están perdiendo terreno.

Así pesar de que los precios al consumidor de las alternativas a la carne aumentaron en menor medida que los productos cárnicos, los volúmenes en mercados importantes como el Reino Unido, Alemania y los Países Bajos no han sido favorecidos e incluso experimentaron una disminución el año pasado.

Las expectativas que existían sobre esta categoría y que preveían que se expandiría más allá de los nichos veganos y vegetarianos, llevándonos hacia una adopción generalizada, fueron impulsadas por nuevos actores con una fuerte financiación, publicidad atractiva, rumores constantes en los medios y respaldo de celebridades, según el reporte. (Lea: Crean la primera empresa española para hacer carne cultivada en laboratorio)

Sin embargo, el entusiasmo inicial ha perdido fuerza. Además, la inflación está afectando el bolsillo de los consumidores, quienes también están cuestionando cada vez más los beneficios nutricionales de las alternativas a la carne.

No se descarta este producto

Aunque esta alternativa a la carne ha perdido fuerza, esto no quiere decir que haya que descartar la categoría, pero los actores involucrados deberán replantear sus estrategias, según Rabobank.

En los últimos años, las expectativas de crecimiento para las alternativas a la carne han sido excesivamente optimistas. Cambiar los hábitos alimenticios de los consumidores requiere décadas y eso sucede cuando los productos cumplen con las expectativas en términos de sabor, precio y salud. “Lamentablemente, esto no se puede decir de la generación actual de alternativas a la carne a base de planta”.

Durante el pasado año, este mercado de productos alternativos a la carne con un origen vegetal, experimentaron una desaceleración significativa, tanto en el crecimiento en volumen, como en la percepción del consumidor.

A pesar de todo, desde Rabobank dicen que aún creen que los principales impulsores detrás de los productos a base de plantas siguen siendo sólidos. Además, esperan que la creciente atención en la salud a través de la alimentación, junto con la percepción de sostenibilidad y el tema del bienestar animal, así como las preocupaciones crecientes sobre el nivel de procesamiento de los alimentos y un renovado atractivo por la comodidad en el hogar, gradualmente impulsen la elección de productos a base de plantas. Sin embargo, no cualquier producto será exitoso. (Lea: Carne de laboratorio podría ser peor para el planeta, señalan investigadores de Oxford Martin School)

Algunos problemas de la imitación

Según la nota, durante la última década, la segunda generación de alternativas a la carne ha tratado de ganarse un segmento del público ofreciendo productos que imitan la carne creyendo que un alimento que permitiera apenas distinguirlo de la carne en cuanto a sabor, textura y apariencia; y con precios similares, atraería a los consumidores preocupados por el medio ambiente y la salud.

Sin embargo, para lograr el sabor, la textura y la apariencia de la carne deseada, los esfuerzos de imitación eliminaron muchos componentes físicos y nutrientes de las plantas. Además, agregaron ingredientes indeseables que no están relacionados con las plantas. La generación actual de alternativas a la carne a base de plantas no son simplemente productos vegetales, sino productos ultraprocesados y los consumidores se están dando cuenta cada vez más de esto, señala el informe.

Por otro lado, desde Rabobank apuntan que las alternativas a la carne a base de plantas se benefician de la percepción pública de que las proteínas vegetales requieren menos recursos y generan menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con las proteínas animales. Sin embargo, la sostenibilidad por sí sola no persuadirá a los consumidores, se requiere sabor, precio asequible, etiquetas limpias, seguridad alimentaria y versatilidad para convencerlos.