En 2019 el consumo mundial de carne vacuna aumentó 1% a 60,7 millones de toneladas, jalonado fuertemente por China pero destacándose también Estados Unidos y Brasil, según la Bolsa de Comercio de Rosario (Argentina).
Dentro de la estructura de consumo de cada país, se destaca el caso de China, que presentó un notable aumento del 4 % o 330 mil toneladas, ante la necesidad de buscar productos alternativos al cerdo. También habría aumentos interanuales en Estados Unidos y Brasil, quienes ocupan el primer y tercer puesto dentro del ranking. (Lea: Hábitos de consumo)
Entre tanto, el informe de Perspectivas Alimentarias de la FAO señala que el consumo mundial se ubicó en 60.6 millones de toneladas en 2018 y se estima que al cierre de 2019 podría registrarse un decremento en la demanda, de 1.7 %. Para el 2020, se proyecta un consumo global de 60.0 millones de toneladas. La disponibilidad de otros tipos de carne a precios más accesibles, sobre todo de pollo y de cerdo, ha influido en el moderado crecimiento que se registra en el consumo de este cárnico.
De acuerdo con datos de la OCDE y la FAO, el precio también ha influido para que el consumo per cápita de carne de bovino haya disminuido frente a otros tipos de carne; mientras que en 2008 era de 6.8 kg, en 2018 se ubicó en 6.4 kg. (Lea: A 2028 la producción de carne crecerá 17% en países en desarrollo)
Entre 2008 y 2018, el consumo mundial de carne de bovino creció a una tasa promedio anual de 0.5 por ciento, cifra ligeramente inferior al dinamismo que mostró la producción en ese período.
El lento crecimiento del consumo de la carne de bovino puede atribuirse principalmente al precio, ya que el de esta proteína es el más elevado entre los principales cárnicos, señalan los organismos internacionales. En comparación con el precio de la carne de pollo, el de la carne de res puede ser hasta 2.5 veces mayor, por tal motivo, los consumidores finales optan por productos sustitutos con menor valor en el mercado. (Lea: Investigación concluyó que consumo de carnes rojas no es perjudicial)
Entre tanto, el USDA estima que el consumo mundial durante 2019 se ubicó en 59.5 millones de toneladas, lo que significaría un decremento anual de 1.8 %. Para 2020 se proyecta un crecimiento de 0.8 por ciento.
Cinco países concentran 64 % de la demanda mundial de carne de bovino. Estados Unidos es el principal consumidor; su demanda representa alrededor de 20 % del total. En 2018, su consumo se ubicó en 12.2 millones de toneladas y se estima que en 2019 se incremente 0.5 por ciento. El consumo per cápita en ese país es el tercero más alto entre los principales países consumidores, con 26 kilogramos anuales.
La OCDE y la FAO proyectan que durante la próxima década el consumo mundial de carne de bovino crezca al mismo ritmo que la producción, con una tasa promedio anual de 1.1 por ciento, mayor al registrado durante la década previa. (Lea: Así se encuentra el panorama mundial del consumo de carne)
El consumo en la Unión Europea en 2018 se situó en 8.02 millones de toneladas, por lo que el bloque de los 28 países es el segundo consumidor en importancia, con una participación de 13.2 por ciento del total mundial.
El USDA proyecta que el consumo de la Unión Europea en 2019 disminuya 1.5 por ciento, lo que podría estar relacionado con menor producción del cárnico en la región. Lo anterior, derivado a su vez de la disminución de su inventario ganadero, ocasionada por la baja rentabilidad de la actividad así como por la limitada disponibilidad de alimento para el ganado.
En China, el tercer consumidor mundial, el consumo de carne de bovino en 2018 se ubicó en 7.9 millones de toneladas, es decir, 13.0 por ciento del consumo global. Se espera que en 2019 se incremente 16.7 por ciento. (Lea: Importante debate frente al consumo de carne)
Algunos factores que han influido en el crecimiento de la demanda de carne de bovino en China son: el crecimiento económico, los episodios zoosanitarios relacionados con la Peste Porcina Africana, la urbanización, el crecimiento de la clase media, lo cual está ligado directamente con una mejora en sus ingresos y, por lo tanto, del nivel de vida y la adopción de una dieta cada vez más occidental.
En Brasil, el consumo se ubicó en 7.8 millones de toneladas en 2018. El USDA estima que en 2019 crezca 1.8 por ciento, para ubicarse en 8.0 millones de toneladas. Un crecimiento moderado en la economía de Brasil durante 2019, el cual se estima en 0.9 por ciento, así como una baja inflación, son factores que podrían alentar el consumo interno del cárnico
Otro consumidor importante es Argentina, en 2018 su demanda representó 4.2 por ciento del total mundial. Su consumo en 2019 podría disminuir 7.9 por ciento, debido a que en los últimos años los consumidores argentinos han estado incorporando a su dieta otro tipo de proteína animal, como el pollo, el cerdo y los mariscos. Otros factores que podrían influir en la disminución en la demanda son la desaceleración económica y la inflación. Aun con esta reducción, se prevé que el consumo per cápita en ese país se mantenga como el más alto en el mundo, con una ingesta anual de alrededor de 40 kilogramos. (Lea: Argentina retoma “protagonismo” en el mercado mundial de la carne)
México es el séptimo consumidor mundial, su demanda anual se estima en 1.8 millones de toneladas, es decir, 3.1 por ciento del total.
Con respecto al consumo per cápita de carne de bovino en el mundo, éste se redujo entre 2008 y 2018, al pasar de 6.8 a 6.4 kilogramos al año, de acuerdo con datos de la OCDE y la FAO. Por el contrario, el consumo per cápita de cerdo y de pollo mostraron una tendencia positiva. Actualmente, el consumo per cápita de la carne de cerdo es 1.9 veces mayor que el de la carne de bovino, mientras que el de la carne de pollo es 2.2 veces mayor.
De acuerdo con estimaciones de la OCDE y la FAO, hacia 2028 el consumo per cápita mundial de carne de bovino no registrará variaciones importantes, y podría ubicarse en 6.5 kilogramos anuales, nivel similar al actual. El consumo per cápita en países desarrollados y en América Latina es 2.3 y 2.5 veces mayor que el consumo per cápita mundial, mientras que en las economías emergentes es 30 por ciento menor.
Por otro lado, India tiene el menor consumo per cápita entre los principales consumidores, con 0.52 kilogramos al año. Dicho nivel de consumo podría estar asociado a la cultura y a la religión, donde este último factor tiene una gran influencia sobre el tipo de alimentos que consume la población.
A nivel de Suramérica, Uruguay y Argentina se pelean el primer lugar en consumo de carne vacuna per cápita, el primero con 59,2 kilos y el segundo con 58,4, según la FAO.
El tercer lugar lo ocupa Brasil con 42 kilos por persona y posteriormente, pero con bastante diferencia aparecen Chile (29 kilos), Paraguay (28), Bolivia (21), Colombia (18,6), Ecuador (9), Perú (6,2) y Venezuela (4).